Cuando se habla de una hija quinceañera, aunque tenga
dieciséis años y aparente madurez, en la mayoría de los casos nos
referimos a ella como una adolescente. Flores vulnerables que abren sus pétalos sin
haber nutrido su cerebrito la savia de las raíces. Y éste es el temor que está viviendo
Julia con su hija Sofía.
Separada, pero no conversa, Julia ha tenido que aceptar que
Sofía alterne una temporadita con su padre y otra con ella. Y hasta estas vacaciones,
en las que la niña acaba de cumplir los quince, nunca hubo mayores problemas.
Pero he aquí que papá se ha echado una novia que se llama Nerea, y la novia de
papá es el modelo perfecto para Sofía, con la que sólo se lleva diez añitos. A
Sofía su padre le da permiso para todo siempre que esté de acuerdo su ex.
“Eso es una trampa de tu padre, que carga
en mí toda la responsabilidad y luego yo soy la mala”. “Oh, mamá, estás
menopáusica. ¿Así vamos a pasar los quince días?”. “Quince días como quince años… Es que te veo venir. ¿Qué quieres
ahora?”. “No te voy a pedir lo de
los pechos, ya sé que no quieres ni oír hablar de ello, pero tienes que saber
que papá se los pagó a Nerea y le han quedado fenomenal”. “¡Sinvergüenza!... Anda, ¿dime qué quieres?”. “Quiero tatuarme dos
delfines”. “Claro, los llevará Nerea,
¿verdad?”. “No, ella se ha tatuado el nombre de papá”. “¡Y tu padre estará que flipa…!”. “Y qué más da, mamá, a ella le
gusta y es feliz así. Además, conmigo se porta fenomenal: me deja su ropa, sus
pinturas… Eso es lo que debería importarte”. “¿Pero te pintas sin yo saberlo?”. “Mamá, por favor”.
Esto ocurre cuando están juntas en el desayuno. Luego llega
el momento de la comida y Sofía protesta porque el gazpacho no está bien
triturado. “Sofía, está como te lo he
puesto toda la vida”. “Pues no me gusta. A Nerea no le salen grumos”. “Pues dime tú cómo lo hace”. “Pues sí,
papá le ha comprado la ‘Termomix’ y le sale tan suave como un batido”. “¡Sinvergüenza…! Bueno, hija, por favor,
no quiero que me des las vacaciones. No me vuelvas a recordar más a la novia de
tu padre. ¿De acuerdo?”. “De acuerdo, mami, ¿pero dejarás que me haga el
tatuaje?”. “Vale, hija, vale…pero en un
sitio discretito”. “Además, quiero ir al concierto de Abraham Mateo”. “Bueno, bueno… Pero yo también voy contigo…”.
“Me repatea, parece que está de moda cargar con las mamis…”.
Risas. Así, sí se lo pasarán bien.
Hoy, como título: "Grecia de piedra y mármol".
En www.salamancartvaldia.com tenéis mi artículo de hoy martes, 7/7/2015.
Acompañadme:
Hoy, como título: "Grecia de piedra y mármol".
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