martes, 30 de junio de 2015

PADRES PRESTADOS

Por fin llega julio, comienzan las vacaciones y no en todos los hogares son papá y mamá los que deciden dónde se van a pasar estos días. A veces es ese juez o jueza quien dispone por ellos. Con papá se van los niños la primera quincena. Él se llama Carlos y sus hijos, de siete y seis años, se llaman Raquel y Raúl. Carlos está feliz de poder pasar unos días en la playa con ellos pero Raquelita le da unas indicaciones de mamá para que las lea [“No olvidar dar las pastillas a Raúl (comida, desayuno y cena), cuidar de no comprarle chucherías, por favor; evitar que no se limpie los mocos en la bocamanga, que después cuesta quitarle la costumbre; que no tomen muchas cosas frías; Raquelita que realice los dibujos del cuaderno… etc.]. Ha alquilado un apartamento en Punta Umbría y allá se va todo ilusionado. Él, al contrario que su ex, no ha rehecho su vida, y el marido de su ex, Ricardo, a quien llaman Richard, es un “fenómeno”. Nada más entrar en el coche, a los niños les falta tiempo para decirle a su papá lo bien que lo pasaron con Richard la Semana Blanca en la nieve “todos los días nos llevaba a la hamburguesería”. Carlos disimula y les dice que ha traído el parchís, la oca y un puzzle, “lo vamos a pasar muy bien”. “No te preocupes, papá, que tenemos la videoconsola que nos regaló Richard”, dice Raquelita. “A mí me ha comprado la camiseta del Madrid y todo-todo-todo… los pantalones también y las botas…”, dice Raúl. “Muy bien, muy bien, ¿cantamos una canción?”. “Sí, mete este CD, papá”. Los niños se ponen a cantar pero papá no se la sabe… “Es otro regalo de Richard, ¿verdad?”. “Sííí”, dicen al unísono. Hacen una parada a mitad de camino para comer y darle la pastilla a Raúl. Pero Raulito no sabe tomarse la pastilla, después de dos vasos de agua el niño sigue sacándola de la boca, el papá no se lo reprocha y procura serenarse, lo intenta otra vez, otro vaso más y el niño vuelve a introducirse los dedos y de nuevo saca la pastilla como un trofeo. Le pregunta a Raquelita si mamá, o Ricardo, tienen algún truquito. “Sí, papá, siempre le compran un huevo kínder si promete que se toma las tres pastillas”. “Ah, bueno, Raúl, yo también te lo compro”. El niño le señala la maquinita que está allí al lado, le trae el huevo y esta vez se toma la pastilla a la primera. “Papá, me duele la barriguita”. Se veía venir… Esto le recuerda la nota de su ex y se lamenta: “¡los huevos no deben ser chucherías!”…  Está pensando que menos mal que su Raquelita es toda una mujer que le ha ahorrado una llamada a su ex, pero se confirma que aún es una niña:. “Papá, cuando Richard o mamá le compran el kínder a Raúl también compran otro para mí!”. “¿Eh? Sí, hija, yo también”. Las vacaciones acaban de empezar. ¡Felices días!


En www.salamancartvaldia.com tenéis mi artículo de hoy martes, 30/6/2015.

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Hoy, como título: "Las zapatillas y los paganinis".



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