martes, 14 de julio de 2015

UNA DE DOS

Una de ellas, “La Campos”, así la llama su hija “Terelu” y no es una falta de respeto por mi parte. Tampoco voy a llamarla “monstrua”, como le decía Rosario, ex Rosarillo Flores, el sábado por la tarde. “La Campos”, la gran diva de la comunicación, tan popular en su campo como La Preysler, que es la otra, en el suyo –“¿lo qué?”, diría un distraído–, sin embargo, siento decírselo, doña María Teresa, a usted se le pronostica un papel de menor relevancia en la Historia. Si no, dígame quién iba a recordar al señor Boyer en el futuro –un intelectual dedicado a realizar complejas ecuaciones de segundo grado– si no se hubiera casado con la popular filipina. A usted, doña María Teresa, una presentadora estrella de sonrisa antibalas que cae bien hasta cuando se equivoca, el futuro le tiene reservado un mausoleo entre el artisteo, de lo que, sabe bien, es la única culpable por importarle un bledo la posteridad. Hace unos días la recordé para mis adentros cuando me dijeron que a una chica recién salida de “Supervivientes” –ese programa en el que uno de los concursantes ocupa plaza por tener “un buen mandao”, al parecer los mismos atributos por los que el señor Iñaki ocupaba plaza en la realeza [dixit don Leandro de Borbón]– siendo la chica, digo, entrevistada por don Jorge Javier Vázquez, éste le señaló que la señora Preysler (por cierto, ayer  lunes en “El Hormiguero” simpática e inteligente como nunca) se había enamorado de don Mario Vargas-Llosa, o viceversa, a lo cual la chica le contestó que a la señora Preysler la conocía todo el mundo, pero ese señor Vargas-Llosa quién “coño” era (*). Bueno, pudo ser así o parecido, pero la anécdota es verídica. Convendrá conmigo, doña María Teresa, en la maldad que tuvo don Jorge Javier en hacer partícipe a la muchacha de una información que le podía dejar en evidencia. ¿No hubiera sido más fácil informarle que usted salía con Bigote Arrocet? ¿Acaso alguien no ha oído hablar de su compañero y del famoso “piticlín-piticlín” cuando le llevaba papeletas a doña Mayra Gómez Kemp? Indignante, injusto, pero así es la vida, la popularidad de usted y la del Bigote es más mediática, no es de libro como la de doña Isabel. Y mire que siento decírselo, pero a la señora Preysler, de casada señora Iglesias, de recasada señora Falcó, de viuda señora Boyer y de enamorada señora Vargas-Llosa, tan elegante y de porcelana (que yo no digo que no tenga ningún desperfecto), ni la sonrisa de usted, ni su carisma, ni su simpatía… (que yo no digo que no tenga usted ningún lunar) bastarán jamás para quitarle ese espacio en la gloria que el cantante lo llamó “lo mejor de su vida”.


(*) Nadie se ría, que tanto delito tiene esta chica por no conocer a don Mario como quien, convaleciente del sarampión de la cultura, diga que él o ella no conoce a Isabel Preysler o a María Teresa Campos.


En www.salamancartvaldia.com tenéis mi artículo de hoy martes, 14/7/2015.

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Hoy, como título: "Cien días es demasiado".

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