Discúlpame, Mario, este osado atrevimiento de explicar en el
mismo arte, no con igual arte, del que tú eres maestro, esas cosas del querer
que llenan más páginas que todas tus novelas juntas, que ya es decir. Y no creas
que no te entiendo, que lo que es tontear, aunque no ejerza, yo también estoy
en edad de tontear, pero en esto del corazón es mejor no prejuzgar, que lo tuyo,
seguro, será un enamoramiento serio
aunque tu ex no lo entienda. Si para ti Isabel es el último tren o ese jarrón
que no tiene precio, tú para ella, según dice la gente, eres la carta que
completa su póker, y ahí las apuestas se pagan muy poco, pues todos éramos
conscientes que a Isabel le faltaba un escritor para andar por casa. Y si
llegado el día te da por escribir sus memorias, no dudes que, por extensas, te
ha tocado la china. Y créeme que nadie con un punto de sensatez puede pensar
que mujeres como ella, viuda de Porcelanosa, del mejor glamour, no tengan
derecho a rehacer su vida, por supuesto que sí, pero yo soy más de Estefanía de
Mónaco, una mujer que se fija en el Dutruet, su guardaespaldas, y lo hace
padre, o va al circo con los niños y si no se lleva para casa un acróbata, se
lleva al domador de elefantes. Es cuestión de gustos. Aunque corrígeme, Mario,
si crees que mi pensamiento es nefasto para una novela, pero pienso que con la
cantidad de alicatadores o ensoladores que habrá conocido Isabel en su vida,
¿es posible que alguno de ellos no le hubiera hecho tilín? Que con esto no
quiero decir que vaya por el interés, que a mí la filipina, con perdón, siempre
me cayó muy bien, y que para unirte a ella te amparan todos los derechos, a
pesar de que tu actual pareja se atrincherará detrás de un ejército de abogados.
Pero entre nosotros te diré que hoy sienten por ti una enorme ternura esas
personas que te creían escritor por encima de ser humano, y claro, para ti reservaban
una mujer que física e intelectualmente se pareciera a Woody Allen, y eso no
puede ser, esa es otra historia. La tuya es la de Isabel, que es quien elige,
tú sólo debes enamorarte y ver en ella jamón-jamón. Ya termino y te pido dispensa
por blandir mi pluma sobre tus aparentes sombras.
Hoy, como título: "La otra vida es digital".
En www.salamancartvaldia.com tenéis mi artículo de hoy martes, 23/6/2015.
Acompañadme:
Hoy, como título: "La otra vida es digital".
Pues a mi la tal Isabelita me parece poco de fiar.
ResponderEliminarUn abrazo.