No sé si es
pensamiento propio o lo leí en parte alguna, pero me viene a la cocorota que si
alguien sale ileso de la niñez es muy difícil que también lo consiga en la juventud.
A los que por
edad ya podemos ser abuelos como Jim Carrey o Gloria Stefan, que lo son, o la
mismísima Madonna, nos quedaron algunas
deficiencias. Carrey hizo tan bien su papel, que hoy lucha para que lo apeen de
aquel mentiroso compulsivo de su juventud; a la Stefan, los gastos en seguros
para que su trasero esté siempre en perfecto estado la van a llevar a la ruina,
y Madonna, la rubia perfecta, no sabrá nunca si las canas a los 55 tacos ya le
han visitado.
En mi caso, estoy moderadamente feliz con una morena, ¡para qué presumir!, pero como “Los caballeros las prefieren rubias”, también me enamoré de Norma Jeane Mortenson, mujer que quizá no les diga nada hasta que les descubra que fue la mismísima Marilyn Monroe. Pero esto fue ayer, cuando éramos inocentes y el sexo era el caballo de batalla.
En mi caso, estoy moderadamente feliz con una morena, ¡para qué presumir!, pero como “Los caballeros las prefieren rubias”, también me enamoré de Norma Jeane Mortenson, mujer que quizá no les diga nada hasta que les descubra que fue la mismísima Marilyn Monroe. Pero esto fue ayer, cuando éramos inocentes y el sexo era el caballo de batalla.
En estos
tiempos, con la sociedad enferma y con la violencia como el bambi de todos los
telediarios, nadie sabe lo perjudicado que saldrán niños y jóvenes. Podemos
decir que a muchos les pasará factura ver vídeos de inocentes a los que les
cortan el cuello, otros quedarán afectados por esos que comienzan por caer en
la droga del alcohol y después caen desde el quinto piso de un hotel de
Magaluf, otros no entienden por qué a los inmigrantes los devuelven en caliente
o los devuelven calientes, léase enfadados, otros están locos por conocer qué es eso de las
puertas giratorias, etc. Son ejemplos.
¿Y qué se
puede hacer? ¿No somos culpables los que damos los relevos generacionales?
¿Sabemos tratar a nuestros hijos y nietos o quizá nos los vamos quitando de
encima? El otro día, al observar a gente de todas las edades disfrutando de un
partido de fútbol, me vino a la cabeza lo ilógico, comparativamente hablando,
de la nueva norma de las televisiones y el fútbol. Me explico: No salió ningún
espontáneo, pero si alguien hubiera saltado al campo, enseguida apartarían la
imagen de esa noticia. ¿Qué les preocupa? ¿Tal vez no mancillar el negocio…?
Comparativamente
hablando, digo, ¿es esto asimilable a la visión de un atentado donde mueren
doscientos niños en Siria o Palestina con los cuerpos en vivo destrozados por
la metralla? ¿Por qué no apartan la imagen? Ya, claro, es que nuestros niños
están vacunados de tanto matar en los videojuegos. Es posible.
Pero aunque
fueran más inocentes, yo me quedo con las infancias de otros tiempos. Como el
caso de aquella niña cubana que no quería operarse como no la operara Fofó. Y
Fofó se prestó a ir vestido de cirujano hasta que la niña quedase rendida por
la anestesia. Hoy, ya mayor, seguro que ella sueña que la operó un amigo payaso.
En www.salamancartvaldia.com tenéis mi artículo de hoy martes.
Acompañadme:
http://salamancartvaldia.es/not/59602/los-malos-ejemplos#sthash.9eH22zB3.dpuf
Hoy, como título: "Los malos ejemplos".
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