martes, 17 de diciembre de 2013

INFANCIA ROBADA

Se calcula que en el mundo mañana, como todos los días, se levantarán doscientos millones de niños para trabajar. Y esto no es porque estén ya de vacaciones, no, sino por ser los perdedores en todas las sociedades. El niño tiene el corazón tierno; basta que mire a su madre o a sus hermanitos para sentir que lo necesitan y, huérfanos de padre la mayoría, orgullosos de  creerse un capital para su familia, vencen el calor, el frío y hasta las piedras que tocan sus pies descalzos. Esto ocurre en cualquier lugar del planeta. Trabajarán jornadas agotadoras en las minas de esmeraldas de Colombia, envenenarán sus pulmones en las de oro de Perú, tejerán alfombras en la India, coserán balones de fútbol en Pakistán o pescarán en altamar en los más insospechados lugares del mundo, y si hablamos de las niñas, un ejemplo es Haití, donde trabajan en el servicio doméstico, casi como esclavas, más de doscientas mil criaturas desheredadas de la riqueza. Y como todo puede empeorar, para ellos y ellas ya se agravó hace mucho tiempo cuando un gran porcentaje cayeron en las redes de prostitución y drogas en muchos lugares de Tailandia, Filipinas y otros países. Si todo esto es un crimen,  el abuso sobre ellos es aún peor cuando a veces no les pagan y llegan a sus casas sin dinero y heridos después de haber recibido una gran paliza. Unicef cada día llega a más lugares e intenta poner freno a esta ignominia. Y Unicef debemos ser todos. No deje de leerme, pero antes de que se me olvide, les voy a dejar un número que no es para la lotería de Navidad del día 22, sino para mandar mensajes con la palabra UNICEF. Este número es el 28028 y con el precio de cada llamada (1,20 euros) se puede ayudar para que los niños jueguen y vayan a la escuela, que es el lugar donde un niño debe pasar su infancia. Para eso deben servir las nuevas tecnologías, no para hacernos insensibles ante guerras como la de Siria, donde recibimos imágenes atroces de niños muertos y heridos mientras permanecemos sentados ante los plasmas degustando comidas copiosas. Y todo lo dicho hasta aquí es sobre esa pobreza histórica, ya fosilizada, más lejos que cerca, pero esto ha sido hasta  ahora, pues ya sabemos que muchos compatriotas la están tocando con las yemas de los dedos como si fuera una pandemia. A mí me ha tocado hoy escribir sobre esto, pero por ello no soy mejor que tú, amigo, sino que, al igual que sé que vas a contribuir como puedas para paliar el hambre con esa llamada, o el frío con una manta o una bufanda, a mí me ha atrapado la suerte entre estas teclas para sentirme como vosotros: UN POCO MEJOR EN ESTA NAVIDAD.




 

Si queréis ver un artículo mío distinto, hoy les he dejado en vuestra web www.salamancartv.com/contributorpost/una-mujer-papa-en-2014/  uno que espero les guste. Gracias por todo.

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