Por fin vamos a entrar en un año en el que la seriedad será el valor en alza por excelencia. Y si no lo creen, ¿díganme si es prosaico o poética la prohibición del vapeo? Prínguense, no me digan que es una “gilipollez”. Está afectando enormemente a nuestra salud. Lo ha dicho el gobierno la semana pasada y no le hemos hecho ni caso. Ahora, si ustedes no escuchan, a mí no me pregunten sobre el peligro del vapeo, producto del cigarro electrónico. Solo les voy a pedir que se imaginen a alguien griposo echándole a usted el vaho. ¿Qué ocurre? Pues ni más ni menos que usted queda vapeado. Y esto es así porque es algo científico, no sea malpensado y se quede haciendo cábalas de que ello sea por intentar defender los intereses de las multinacionales del tabaco, o acaso piensen que sea un afán recaudador del Tesoro. Eso no es verdad. Es lo mismo que lo del aborto, hay que escuchar y también leer, y así presuntamente siempre nos daremos cuenta de que es molesto solo para esos pobres que por su ignorancia no leyeron el programa del partido en el gobierno. Luego vienen los problemas, y quizá el problema mayor sea la falta de problemas, porque en realidad en este país se ha trabajado fuerte y duro en los dos últimos años y se han atajado, corregido y dado la vuelta a muchos más dilemas que los reflejados en el referido programa, que al fin y al cabo eran unas chuletillas que hay que saber interpretar. Todo esto me lo ha dicho un mentalista que se coló en un consejo de ministros, quien también me dijo que muchos de los que allí ocupan asiento tienen verdaderas ganas de que acaben de una vez esas recomendaciones de gente de bien, que ralentizan el trabajo por esa premura de girar el país hacia la costa mediterránea. Por ejemplo, aún no se han acometido verdaderos problemas como pudieran ser los asuntos protocolarios. Señala que se piensa crear un Ministerio de Protocolo donde se aborden asuntos como el caso de los churros, “un alimento tan español y, sin embargo, como nos descuidemos, nos lo quitarán los chinos. Hay que hacer algo, añadir un plus. ¿Por qué comemos las gambas con cuchillo y tenedor y los churros los comemos con los dedos? Esto es una ordinariez”. Así se expresaba alguien, señala el mentalista. Pero yo no estoy seguro de que éste no pueda exagerar, o peor, ser un rojo, pues me dice que a él se le había encendido una bombilla cuando el Ejecutivo estudiaba la subida de la luz. Vio primero un 11% y después un 5 y alguien dijo: “Que parezca un accidente”. Sobre las cuchillas cortantes, dijo que alguien las sacó a relucir pero cayó como cosa de mal gusto, y se llegó a la conclusión de que el verdadero problema estaba en los tatuajes de los subsaharianos, que debían ser fluorescentes, pues con la tinta negra no hay dios que los vea. Se tomó nota para entrar en negociaciones con estos países.
martes, 24 de diciembre de 2013
¡TERCER AÑO TRIUNFAL!
Por fin vamos a entrar en un año en el que la seriedad será el valor en alza por excelencia. Y si no lo creen, ¿díganme si es prosaico o poética la prohibición del vapeo? Prínguense, no me digan que es una “gilipollez”. Está afectando enormemente a nuestra salud. Lo ha dicho el gobierno la semana pasada y no le hemos hecho ni caso. Ahora, si ustedes no escuchan, a mí no me pregunten sobre el peligro del vapeo, producto del cigarro electrónico. Solo les voy a pedir que se imaginen a alguien griposo echándole a usted el vaho. ¿Qué ocurre? Pues ni más ni menos que usted queda vapeado. Y esto es así porque es algo científico, no sea malpensado y se quede haciendo cábalas de que ello sea por intentar defender los intereses de las multinacionales del tabaco, o acaso piensen que sea un afán recaudador del Tesoro. Eso no es verdad. Es lo mismo que lo del aborto, hay que escuchar y también leer, y así presuntamente siempre nos daremos cuenta de que es molesto solo para esos pobres que por su ignorancia no leyeron el programa del partido en el gobierno. Luego vienen los problemas, y quizá el problema mayor sea la falta de problemas, porque en realidad en este país se ha trabajado fuerte y duro en los dos últimos años y se han atajado, corregido y dado la vuelta a muchos más dilemas que los reflejados en el referido programa, que al fin y al cabo eran unas chuletillas que hay que saber interpretar. Todo esto me lo ha dicho un mentalista que se coló en un consejo de ministros, quien también me dijo que muchos de los que allí ocupan asiento tienen verdaderas ganas de que acaben de una vez esas recomendaciones de gente de bien, que ralentizan el trabajo por esa premura de girar el país hacia la costa mediterránea. Por ejemplo, aún no se han acometido verdaderos problemas como pudieran ser los asuntos protocolarios. Señala que se piensa crear un Ministerio de Protocolo donde se aborden asuntos como el caso de los churros, “un alimento tan español y, sin embargo, como nos descuidemos, nos lo quitarán los chinos. Hay que hacer algo, añadir un plus. ¿Por qué comemos las gambas con cuchillo y tenedor y los churros los comemos con los dedos? Esto es una ordinariez”. Así se expresaba alguien, señala el mentalista. Pero yo no estoy seguro de que éste no pueda exagerar, o peor, ser un rojo, pues me dice que a él se le había encendido una bombilla cuando el Ejecutivo estudiaba la subida de la luz. Vio primero un 11% y después un 5 y alguien dijo: “Que parezca un accidente”. Sobre las cuchillas cortantes, dijo que alguien las sacó a relucir pero cayó como cosa de mal gusto, y se llegó a la conclusión de que el verdadero problema estaba en los tatuajes de los subsaharianos, que debían ser fluorescentes, pues con la tinta negra no hay dios que los vea. Se tomó nota para entrar en negociaciones con estos países.
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