Es de sobra conocido que infinidad de veces la realidad
supera la ficción y después de aquellos instantes, que serían para don Adolfo
interminables, la vida le jugó la mala pasada de taparle los ojos sin poder contestar a la pregunta de “quién
soy”. ¿A ver ahora quién se atreve a
repetir aquella escena para que nos riamos? Otro caso es el lanzamiento de
tartas, que fue objeto de risa desde tiempos inmemorables, pero no lo será hoy
si se lo mencionamos a la señora Yolanda Barcina, presidenta de Navarra, que
fue atacada con ellas dentro del Parlamento autonómico. No obstante, la vida
continúa y la risa o su hermana menor, la sonrisa, se impone. Y como no somos
imperturbables, a ver quién se muestra impávido ante aquel individuo, condenado
a muerte, a quien el guardia que le custodiaba, conmovido, le ofreció el último
cigarro, y el reo, con total respeto, lo rechazó: “No, gracias, estoy
intentando dejarlo”.
Decía Freud que la risa es el camino más corto entre dos
personas. El talento de Freud es indudable y él y muchos de sus seguidores,
algunos sin saberlo, recetan la risa como una medicina. Y amigos, no es ninguna
tontería ese aerobic mental llamado risoterapia. No obstante, hay que tener
cuidado con el humor, que a veces son muchos los que se ríen del prójimo pero
jamás permitirían ser objetos de risa para los demás. Sin embargo, los tiempos
cambian, y si antes se decía “mira ese idiota, va riendo solo por la calle”,
ahora lo más normal del mundo es ver a ese idiota solo y riendo con un aparato
en la oreja.
Nota: Si os
apetece, ver también mi artículo de hoy martes, 3 de diciembre, en
www.salamancartv.com/contributorpost/barack-y-kerry
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