martes, 1 de octubre de 2013

BICICLÉTICA Y MOTOCICLÉTICA

En los comienzos, la alternativa no funcionaba. Y no porque fuera mala la idea, sino porque la asignatura, en general, lo que se dice bien no se ha llegado a impartir nunca. Es más, con el tiempo se ha convertido en un diván de anécdotas de aquellos primeros años. Me refiero a la asignatura alternativa de la Religión, o sea, Ética. Aquella asignatura extraña que tus padres elegían para ti y tú no llegabas a comprender bien por qué lo hacían: si para convertirte en un tipo raro, con la mayoría en clase de Religión, o para que te relacionaras con una minoría, una pandilla, y que te espabilaran. Con el tiempo uno se entera que en muchos casos se trataba de dar testimonio de desacuerdo con el monopolio de la religión católica y con ello bastaba, después los padres  eran de buen conformar y entendían que con grupos tan reducidos se desaprovechaba un profesor. En fin, que los chicos entregaban un trabajo al final de curso y hasta entonces que no armaran mucho ruido jugando al HP o a las damas. ¿Es así? Quizá esto lo encuentren un pelín exagerado, o no, pero por desfase generacional yo no lo he vivido aunque no tengo que dudar de quienes me lo han contado. ¿Y para qué vale la Ética? Difícil me lo fiais, pues si es la asignatura pendiente de algunos colegios, cuánto más no va a ser para mí, que llevo a buen recaudo la mía, pero no para dar clases, ya que soy de la antigua escuela de “si Dios te la da, San Pedro te la bendiga”. Aunque quizá con un par de ejemplos ocurridos sobre ruedas el pasado “finde” algo podemos entender. Comencemos por el Campeonato del Mundo de Ciclismo. Participaba nuestra Selección y conseguimos la plata y el bronce. Hasta aquí puede parecer buen resultado, pero no lo es cuando sabemos que la compensación al mayor esfuerzo, y que deja su sello en la historia, es el oro, y éste lo tuvo en sus piernas el español “Purito”, pero por un error de cálculo de su  gregario de lujo y compañero de Selección, que dejó marchar al ciclista portugués Rui Costa, ganador de la prueba, ”Purito” se quedó con  la plata. El error quedaría así entendido si no fuera porque el portugués es compañero de equipo del gregario español, un compañero con el que entrena a diario. No es ético, ¿verdad? No hay que dar más vueltas, siempre quedará la presunta duda. El otro caso se dio en Motociclismo: Un desmedido afán por adelantar y ganar por parte del joven Márquez, superando los límites de lo permitido, tocó a Pedrosa y propició que éste diera con los huesos en el suelo. No es ético o algo más, ¿verdad? ¿Serán ambos víctimas de la ética de las aulas?

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