lunes, 23 de septiembre de 2013

REVILLA, DÍGAME

Muchos somos quienes “ya no cerramos los bares ni hacemos tantos excesos” y elegimos los sábados por la noche un canal de televisión para estar al hilo. Ahora, “de momento”, frase mítica del señor Revilla, hay que acudir a la Sexta. Precisamente el cántabro es el “gurú” del momento y allí nos hace un repaso de la actualidad más como un predicador que como un político. Y no lo digo con acritud, puesto que díganme: ¿Quién no quiere a don Miguel Ángel Revilla? Todos le queremos. Pero ahora, síganme: ¿Quién teme a don Miguel Ángel Revilla? Ese es el problema. Revilla es querido hasta por sus enemigos, pero no es temido por nadie. Tiene carrete para dos o tres horas si hace falta pero, aparte del consabido “de momento… me dejan”, le falta la concisión de Guerra, don Alfonso, el hombre malo. Guerra decía en dos minutos lo que Revilla en dos horas y sus palabras  tomaban efecto mariposa y quedaban registradas en nuestras cabezas como el tatuaje de Matamoros, don Coto. No obstante, el pequeño Revilla es un grande sin tacones que es capaz de vender anchoas a la altura de Bertín Osborne. En este programa el señor Revilla nos deleita con sus anchoas políticas, que es de agradecer, pero en cuanto se nos van del paladar, ya nadie las recuerda porque son de la misma calidad que las que tomamos los españoles a diario. Pero hagamos un paréntesis, sin olvidarnos del señor Revilla, para comentar el debate  del pasado sábado sobre Bárcenas, en el que aún se ponían en duda los famosos papeles. Así, decía el señor Carmona, miembro de la directiva del Partido Socialista: “Si lo han reconocido los mismo que cobraron…”. El señor Malhuenda, director de La Razón: “Eso no es verdad…”. Sr. Carmona: “¿Cómo si no? Si lo han dicho el señor Pío Escudero, Del Burgo…”. Sr. Malhuenda: “Eso no es verdad”. Así seguían cuando entra al quite don Miguel Ángel Rodríguez, ex portavoz con Aznar: “Que no, hombre, que no, señor Carmona, que está usted muy equivocado…”. Sale otro tertuliano al ruedo, en este caso el adjunto a la presidencia de El Mundo, señor Indo: “Y usted, don Miguel Ángel, usted está en los papeles”. Miguel Ángel Rodríguez: “¿Yo en los papeles? Venga ya, hombre”. Señor Indo: “Sí, hábleme usted de esas anotaciones como M.A.R.”. Miguel Ángel Rodríguez: “Yo, yo, yo no soy ése…”. Me decepcionó que en aquel momento ya no estuviera por allí don Miguel Ángel Revilla (M.A.R.), pues la hubiéramos liado, que es a lo que nos sentamos delante del televisor. De todos modos, lo imagino diciendo: “No, si ahora va a resultar que ese MAR soy yo…”. 

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