miércoles, 18 de septiembre de 2013

LO OLVIDÉ

Vivimos en el país de los olvidos. Un ejemplo de ello son nuestros deportistas a la hora de escuchar el himno. Están allí como una foto fija, da pena verlos con cara de circunstancias como si se les hubiera olvidado la letra. Pero no, la letra se les olvidó a los políticos que han poblado nuestro país a lo largo y ancho de treinta y ocho años de democracia. Quizá sea que hayamos tenido mala suerte y en los sillones del Parlamento se hayan sentado muchos economistas –en lugar de amas y amos de casa– y muy pocos poetas. Y abundando en el viaje al centro de mi cerebro, escarbo y veo que el olvido se ha puesto más de actualidad que nunca. En este verano, con eso de la crisis y quizá para ahorrar, pusieron en manos de unos  “profesionales” las obras de acondicionamiento del Congreso, y fue tanto su celo en querer dejar las cosas como Dios manda, que se olvidaron que en el Congreso don Jesús Posada era dios, y éste les había pedido que no taparan ningún disparo de los que Tejero descargó el 23 de febrero de 1981. Sin embargo, se olvidaron, y como si quisieran rebajarle la pena al golpista –“dos huevos con butifarra” le llamó un nostálgico de la época–, taparon del techo cinco tiros de treinta y tantos que liberó. Otro de los grandes olvidos ha sido el de los discos duros de Bárcenas, un olvido tan inocente como dejar las gallinas al cuidado de la presunta zorra. Pero no pasa nada, más han perdido los que olvidaron a su suerte el dinero que fue a parar a las preferentes. Y pronto se esperan otros olvidos, como el “caso Urdangarín”, que ya hay quien piensa que la sentencia se la han puesto antes del juicio y todo va a quedar en aquel castigo o aquella maldad de expulsarlo de la web. Existe otro olvido por ahí que quizá esté justificado, no lo sé, me refiero a las declaraciones que pudiera aportar el señor Lapuerta, que a sus 86 años quizá no esté para entrar en batalla. Y para finalizar, creo que el peor de los olvidos, en medio de una crisis como la presente, ha sido el protagonizado por un individuo o individua en Galicia. Nada más y nada menos que un billete de Primitiva premiado con cuatro millones setecientos mil euros se le olvidó en el mostrador... Gili……

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