Si aquello de Antonio Machado “que de cada diez españoles
nueve embisten y uno piensa” no era ninguna maldad, que creo que no y hasta es
posible que estemos ante el poeta de la reconciliación, el día 1 de agosto Rajoy estará arropado en
el Congreso por trece ministros, que con él son trece más uno. Seamos
magnánimos y pensemos que nadie va a embestir y que sean dos los que piensen.
Si uno de ellos es don Mariano, estamos ante una breve explicación con la que
nos iremos rápido de vacaciones. Se trataría de que dijera sólo once palabras:
“Señoras y señores, por el bien del país presento mi dimisión”. Después se le
permitiría mascullar otras palabras encolerizadas diciendo: “La que me ha
armado Luis el cabrón… esos malditos papeles… la que parió… cómo puedo pedir
austeridad…”. Esto sería así si Rajoy está entre los españoles privilegiados de
Machado, pero si no, si se muestra espeso, ¡nos va a dar las vacaciones! Imaginémonos
que se vaya por las nubes, se muestre como un salvador e intente convencer a
todos de que es imprescindible… pasará
que las cabezas pensantes del banco azul, imaginemos que sean dos, van a pasar mucho
calor. Y como don Mariano ha confeccionado un menú en el que hablará de
economía y otras cosas, es muy probable que en el turno de preguntas nos
encontremos algunas respuestas tan surrealistas
que pasarán a la colección de las mejores anécdotas de sus señorías.
“Vamos a ver, señor Rajoy, diga usted Bárcenas”. “Ya sé por dónde va usted y
por ahí no me va a pillar, estoy diciendo, y si no se ha enterado se lo repito,
que tenemos controlado el déficit y que la Reforma Laboral está dando sus
frutos, o no, depende de si usted sólo escucha a los trabajadores”. “Sr. Rajoy,
¿realmente se gobierna desde La Moncloa o desde Soto del Real?”. “Ya sé por
dónde va usted y los periódicos que lee. Hemos hecho un gran esfuerzo en
Sanidad, hemos saneado los bancos; no se debe derrochar en educación, que es un
lujo, y quien quiera estudiar, que se lo pague de su bolsillo; en justicia, si
la gente no aguanta nada y quiere reclamar, que pase por caja. Esto es gobernar
con equidad”. “Y sobre los correos a Bárcenas, díganos usted algo…”. “Vamos a
ver, nadie nos va a dar lecciones de honradez y de democracia. Lo siento, señor
Rubalcaba, siento que usted no presentara una moción de censura”. Rubalcaba: “La
moción se la presentará la calle…”. Rajoy: “¿El 1 de agosto? Que tengan ustedes
unas felices vacaciones”. Aplausos mayoritarios y al atasco. This is Spain.
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