lunes, 22 de julio de 2013
INGENIOSO MENTIROSO
En el año 1896 llegaron a Madrid, proveniente de provincias,
un grupo de jóvenes con grandes ambiciones literarias, y entre ellos se
encontraba Ramón María de Valle-Inclán, un personaje enigmático a quien se le
suponía un pasado aventurero. Valle, para no decepcionar a quienes pensaban de
él de esta manera, se inventó una biografía que ha sido un clásico entre las muchas
anécdotas de los escritores de fin del XIX y principios del XX. Escribía
Valle-Inclán en uno de los periódicos de la época ('Alma Española'): “… Estuvo el
comienzo de mi vida lleno de riesgos y azares. Fui hermano converso en un
monasterio de cartujos, y soldado en tierras de la Nueva España. Una vida como
la de aquellos segundos hidalgos que se enganchaban en los tercios de Italia
por buscar lances de amor, de espada y de fortuna… A bordo de ‘La Dálila’ –lo recuerdo
con orgullo– asesiné a sir Roberto Yones. Fue una venganza digna de Benvenuto
Cellini. Os diré cómo fue, aun cuando son incapaces de comprender su belleza;
pero mejor será que no os lo diga: seríais capaces de horrorizaros…” (ALGUNOS
PENSARON DAR PARTE DEL CRIMEN…). En otra ocasión, dijo: “… Me alisté en el
ejército mejicano. Fui soldado de Caballería durante cinco años. Después vine a
Madrid. Yo nunca experimenté ese irresistible amor, esa vocación decidida de
los predestinados al cultivo de las Letras. Leí para educar mi espíritu, libros
clásicos especialmente; de historia por lo general. Y cuando llegué a Madrid,
vi que todo cuanto se escribía era muy malo. Decíalo así a mis amigos. Y como
ellos, incrédulos, lo atribuyesen a un inmoderado afán de crítica, yo les
replicaba manifestándoles que aquellos libros detestables podría escribirlos
cualquiera. E hice uno: ‘Epitalamio’, que edité por mi cuenta… Por aquellos
días fundamos ‘Revista Nueva’. Allí escribimos ‘Azorín’, Benavente, Baroja,
Maeztu, yo, todos cuantos hallábamos cerrados los periódicos… La crítica
musical la hacía Pepe Lassalle, editor y administrador…”. (NI VALLE-INCLAN
INTERVINO PARA NADA EN LA FUNDACIÓN ‘REVISTA NUEVA’, NI ‘AZORÍN’ ESCRIBIÓ NUNCA
EN ELLA, NI EL EDITOR Y ADMINISTRACIÓN ERA PEPE LASSALLE…). (Valle, a costa de
ser un ingenioso mentiroso, llegó a ser el Marqués de Bradomín).
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