IMAGINACIÓN AL PODER
Ayer, 1º de mayo, Fiesta de los
Trabajadores, como les gustaba decir a los abuelos políticos de la aplastante mayoría que nos está dando "de ostias”
por todas partes, las tres palabras de mayor manoseo fueron las que se referían
a la “asquerosa reforma laboral”, y perdonen que comience mi artículo de manera
tan escatológica, aunque no lo sea por decir “ostias”, “manoseo” o “asquerosa”,
sino por esos otros términos tan inocentes como dañinos: “Reforma Laboral”; un
tsunami que se está llevando por delante, como si se tratara de una riada que
empuja el diablo, las casas, el pan, los biberones y la salud de la mayoría de
los españoles. Más que Reforma llámenle “Demolición”, pues cualquiera, sin ser
de la construcción, se da cuenta de ello. Si ningún español quiere que nuestro
país sea devastado, es de imaginar que sean una tribu los antiespañoles que
quieren tal cosa. ¿Es una tribu el poder? Y si es así, me pregunto, ¿cómo actúan
en nombre de la mayoría, si quienes más sufren la Reforma Laboral es la inmensa
mayoría? Además, ¿han realizado un sondeo para ver si los españoles son unos
masoquistas que quieren que los fustigue la señora Merkel? A veces, desobedecer
es un signo de inteligencia. Y si la frialdad del euro nos está helando las
entrañas, recuperemos nuestro camino y que no nos lleven a fabricar al precio
de los taiwaneses con sueldos de un euro diario. Paguemos la deuda en pesetas
al ritmo que podamos, retiremos la “Demolición Laboral” y pensemos que más vale
ser cabeza de ratón que cola de león. ¿Que no somos modernos? ¿Es moderno ser
obrero taiwanés?
SOLUCIÓN
Con nuestra receta preguntarán
cómo vamos a vivir después. Muy fácil: del consumo interior, del boicot de
productos extranjeros innecesarios, del aprovechamiento energético de tres
mares que nos circundan, del sol y de un excelente servicio a base de pescaíto
frito, jamón de Guijuelo o paellas para que disfruten de nuestras playas, fiestas
y monumentos quienes busquen nuestra posada. Y sobre todo de la creatividad e
imaginación de un pueblo que tiene tanto orgullo como historia. No podemos
consentir que en una encuesta reciente nuestros amigos alemanes, a quienes
tanto les gusta nuestro país y se han hecho dueños de Mallorca, digan que los
españoles somos una banda de vagos y maleantes. Desde aquí les debemos decir
que si nos van a exportar los “mini jobs”, con los que ganan suficiente dinero
como para venir a España de vacaciones o poder ir a Italia unos días de relax,
como recientemente hizo la señora canciller, que por favor no se molesten.
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