No sé si las placas de Palma de Mallorca que indicaban la calle del honorable Duque Empalmado fueron “izadas” hace cuatro años a toque de corneta, da igual, lo que nadie olvidará es la retirada de éstas. El empleado del Ayuntamiento, con total dignidad, impartiendo lecciones de buena filosofía, decía ayer a quien lo quería escuchar: “Así es la vida. Me tocó a mí colocarlas y quién lo iba a decir”. Eran placas de mármol que recordaban a muertos, al igual que también recordaron la otra vida el cuerpo embalsamado de su concuñado, Ex Duque de Lugo y Señor de Marichalar, sacadas del Museo de Cera con muy poca clase, hay que reconocerlo, tratándose de la figura de quien fue el Gran Duque de Lujo. Pero todo el mundo merece un tratamiento, y el Empleado de Calles, Parques y Jardines de ayer comentaba las anécdotas que le salían al encuentro: “La gente me pide las placas para recuerdo”. “¡No sabe usted lo que sería capaz de pagar un coleccionista por ellas!”. Es de imaginar. Es historia de España. La España extravagante. La de la especulación, la corrupta. La misma que tiene en un sin vivir a Urdangarín y a su socio, presuntos especuladores. Más perjudicado el primero que el segundo, pues de éste último, un tal Diego Torres, la gente se olvidará muy pronto, mientras del “Urgan” (un juego de la gente) no se olvidará nadie e irá siempre unido a la cueva de ladrones que fue la España entre milenios. Hace falta un Galdós que recoja estos Episodios Nacionales, no se puede perder tanta leyenda, no puede ocurrir que alguien la adultere, o sea, la apacigüe o la exagere. Es la España incongruente y así hay que contarla. Una España a la que también dan pábulo los compradores de miserias. Yo no sé hasta qué punto es responsable Urdangarín, o su santa esposa, que también merecen el beneficio de la duda, y para juzgarles están los jueces, pero en la actualidad, con gente desahuciada y padeciendo hambre, hay que tener cuidado, pues le das una patada a un presunto corrupto y subastan la bota. Sólo pido, por favor, ¡que fallen las personas, pero no las instituciones! ¡Que funcione la democracia! Y la democracia es transparencia al igual que la Justicia debe ser igual para todos.
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