domingo, 6 de enero de 2013

UN T-RATO "PREFERENTE"

Cuando Telefónica prescindió del señor Urdangarín porque los clientes se le salían por las ventanas, un amigo mío, que es un ingenuo, decía que aquello era mala suerte, que la compañía no tenía la culpa. Ya digo, un ingenuo. Pero en un derroche de audacia, los cimientos de la compañía, que no son los accionistas, sino las personas que llevan el timón, se reunieron por Navidad, una fecha en la que se bebe mucho, y decidieron corregir aquel dislate y limpiar la imagen de la compañía incorporando a una persona  de prestigio como asesor para Europa y Latinoamérica, y  esa persona tenía que tener un currículum “sin mancha” y estar parado. “Sin mancha y sin bankia”, dijo uno de ellos, “no hace falta decir más... con todo el día para la empresa, ese es nuestro hombre”. Consultaron con altas instancias para ver si veían con buenos ojos aquella idea y la cúpula enseguida dio el visto bueno. Después, hubo Consejo y entre los de arriba aún quedaba un poco de sensatez: “¿Qué locura? ¿Cómo vamos a permitir tal torpeza? ¿Es que con cada solución vamos a crear un nuevo problema? Mi voto es “no”. “¿Cómo dices que no?”, le responde otro. “¿Qué quieres? ¿Qué le dejemos en el paro? Ni hablar, el INEM es la mayor empresa del país y el día menos pensado puede tomar la Presidencia. Es un peligro”. “Eso es verdad”, decía otro. “¿Y el agravio que significa para Mario Conde…?”, contestaba un tercero. “Bueno, no entremos en el derecho comparado”, señalaba otro, “que ahí podía quejarse hasta el propio Urdangarín por un trato tan desigual”. “No exageres, que Urdangarín tiene que callarse la boca porque no tiene nada que decir, todo se lo han preparado, pero este otro señor tú no sabes cómo canta”. “Mejor que no lo haga…”. “Buen trabajo, presidente, siempre tan acertado adelantándose a nuestras opiniones...”, dijeron al unísono.

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