Cansado de oír que nunca hubo una generación de jóvenes tan preparada, escuchado a lo largo de quince años más o menos, ya es hora de que actualicemos dicho axioma y pensemos que la frasecita de marras, además de ser una obviedad, ha servido y sirve como palinodia de conformidad que bien hubiera salido de los labios del Santo Job. Quienes comenzaron a escuchar la frase desde los comienzos, apartaron toda su sabiduría y entraron en la Construcción, que era donde únicamente había trabajo, pero ahora tienen ya más de cuarenta, no son tan jóvenes y se pasan la vida echando el rato con los amiguetes en las oficinas del INEM para intercambiar sesudas jugadas de ajedrez. Pero como algunos ya no tienen pelo o lo disimulan cortándose la cabellera a lo Matamoros y otros han perdido los dientes con la “jartá” de filetes que distraen de la basura al sentir vergüenza de entrar en los comedores, ya no se debe hablar de la generación de jóvenes mejor preparada, sino de la generación intermedia mejor preparada, y en muchos casos, al haber sufrido tanto deterioro, estamos ante la generación de viejos mejor preparada. Por favor, señores políticos, déjense de “chorradas” y vayan directamente a esta cifra de Ciencias: SEIS MILLONES DE PARADOS, y si ustedes no son la generación de políticos mejor preparada y sólo esperan que la solución la traiga la suerte apostando siempre al negro y la ley de probabilidades deje allí la bola, que se pasen a Letras, por favor, y conjuguen el verbo dimitir en primera persona.
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