Aunque de momento haya reducido mis escritos a la mínima expresión, como un sueldo en retroceso castigado por el euro, por el IVA y por la reducción y ¡calla la boca!, la vida sigue y al mal tiempo buena cara, pero ya se sabe que si no se ejercita un músculo, éste se atrofia, así que tomemos los arreos del cómo se escribe, según las enseñanzas de un Paco Umbral, y vayamos a la búsqueda de lo más importante: tener algo que decir. Y he aquí el dilema o, más propio de la Navidad, he aquí la madre del cordero, pues existe tal “overbooking” de noticias para despedir a este año tan infame, que basta referirnos a dos en las que nos quedamos sin luz y nos gustaría premiarlas. La primera, premio Santa Lucía, se la daremos, a modo de ofrenda, a nuestra ministra Fátima Báñez, que en medio de la tempestad y sin faro en el horizonte, fue a pedirle a la Virgen que fuera su secretaria. La premiamos como buena idea, pero los españoles protestamos como siempre, pues para hacer eso se nombra ministra a la Virgen y nos ahorramos un sueldo. El otro hecho importante, premio “Veo” Morales, acaba de ocurrir en las postrimerías de este 2012, año de la paciencia, y el motivo, el mismo: ¿qué vería Evo Morales, presidente de Bolivia, en su reciente visita a España, para nada más volver a su tierra, nacionalizara Iberdrola y nos dejara sin luz? ¿Qué le hizo usted, señor Rajoy?, ¿Por qué no jugó al fútbol en aquella pachanga gaditana? Usted, que es de la escuela del señor Fraga, un político que se bañaba donde los americanos perdían las bombas, ¿es posible que no asistiera a la clase de don Manuel el día que dio aquella lección? Reflexione, ¡a ver si por la vestimenta del señor Evo usted lo confundió con personal del servicio!
Acabo ya, ¡adéu 2012!, y a pesar de que el año de la mala rima nos espere con dientes de cocodrilo, os deseo a todos SALUD y que se cumplan vuestros deseos.
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