miércoles, 7 de noviembre de 2012

¡Arreglao vamos!

¡Vaya semana! Mi ordenador ya no es el mismo, me comenzó a fallar hace unos meses, y no sólo no me da ideas, sino que me equivoco y ni siquiera me da alertas.
Lo llevé al informatólogo y me dijo que sí, que las alertas son una especie de extrasístoles, una pulsión de la que debo darme cuenta, como un estornudo. Yo me enfado y le pido que me ponga los avisos a toda pantalla, que no me vacile.
-“Que no, que no, que tu ordenador es de la NASA”.
 -¿De la NASA? No me toques las pelotas. Mi ordenador es de Atapuerca.
-“Que sí, hazme caso, que desde él puedes enviarle mensajes a Obama”.
-¿Pero para qué quiero yo eso? ¿No ves que me confundo, le mando un mensaje, me meten doce días en el calabozo y pago una multa?
-“¡Que va! Tú no sabes lo útil que es!”.
-Tú lo que quieres es que pierda la garantía y ahorrarte el arreglo.
 -“¡Qué mal pensao  eres! Te juro que es verdad”.
¿Verdad? La verdad fue que perdí la garantía y he tenido que comprar otro. ¡A ver lo que me dura! ¡La vida es una carnaval, amigos! Pero no por ello voy a dejar de escribir ni otros van a dejar de comulgar. Es más, a este ordenador le voy a sacar agujetas.

NOTA: Todo parecido con la realidad es mera coincidencia.

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