martes, 13 de noviembre de 2012

Clase media

Existe mucha gente, demasiada, que aún se cree clase media. ¡Pobres inocentes! La clase media desapareció cuando el español medio comenzó a sentirse desgraciado por tener sólo una casa, mientras el vecino disfrutaba de casa y chalet. La solución no se hizo esperar, sólo era cuestión de ir al banco y rehipotecarse y malo sería que con los 5.000 euros que ingresaban en conjunto no fuera suficiente para pagar las hipotecas y comprar un cochecito de la marca Merkel. Esto ocurría en la época del gobierno de minoría de ZP y el económico de Rato, y los desahucios era un problema de la clase obrera, a los que se les acababa el tajo y caían de cabeza en el paro. Pero la más estúpida clase media salía a pasear a sus mascotas y los obreritos los miraban con cara de corderitos, pues todo su afán era que se les quisiera como se quiere a un perro. Y era tal la distancia de la clase obrera sobre la clase media, que la primera iba perdiendo efectivos a pasos agigantados y la segunda era la tripa de “Michelín”, hasta que pasó lo que tenía que pasar, que al ser demasiados para el recuento de tan pocos tornillos, el muñeco se pinchó. La más estúpida clase media se escoró hacia la derecha con la esperanza de que ahí estarían más guarecidos, y el día aquel en que ganó don Mariano todos brindaban con champán y pizza por la victoria; otra equivocación, porque aquel día se debería haber brindado con leche, ya que lo que se acababa de romper era el cuento de la lechera. Esto ocurría el 20-N del año pasado y desde ese día los bancos se convirtieron en inmobiliarias. Hoy, trece y martes, y mañana, día de huelga y manifestaciones, son dos días para hacer penitencia, y muchos, en lugar de ir a la manifestación, deberían entrar en las iglesias para pedir perdón. Es posible que así se den cuenta que sólo existe una clase y el dinero, que ni entiende de paz ni de sentimientos.

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