Noticias como la aparecida ayer domingo en algún medio suenan a burla. Algo así como si dijeran “vamos a acojonarlos”. Me cuesta creerlo, pero ¿puede ser que alguien se esté alegrando de este momento que vivimos? La noticia venía a decir que ser multinacional en España salía demasiado caro y puesto que todas las grandes empresas de nuestro país tienen delegaciones afuera, si se marchaban ahorrarían grandes cantidades de dinero. Saltaban nombres como el Santander, Repsol, Telefónica, Iberdrola, Inditex, etc. y que con esta operación la prima de riesgo para estas entidades bajaría 200 puntos. Un peso pesado de esas empresas realizaba una declaración de que su empresa no lo haría. Pero a mí me cuesta creer que una noticia que sale a la palestra el mismo día de su desmentido no suene a intoxicación, a chantaje o a cuanto peor, mejor. Es decir, a partir de ahora, lo único que les mantiene en España es el patriotismo, y se deja entrever que si no nos portamos bien con ellos –imagino rebajas de impuestos y puertas liberales abiertas de par en par– se van a enfadar mucho y nos vamos a acordar. Reflexionando imagino que difícilmente si hoy gobernara en España un presidente como Felipe González no saliera al encuentro de estas informaciones y preguntara a sus propagandistas los motivos que los mueven. El Sr. González en su tiempo decía “que debemos sentirnos orgullosos de tener un país como el nuestro”, el Sr. Zapatero que “España va bien” y con ello la prima no subía más allá de 200 puntos, pero Rajoy debe hablar en un gallego de la Edad Media que después de un año de gobierno aún no se entiende qué rumbo va a tomar. Aunque la clase “bussines” de aquí y de Occidente sí se dé cuenta de su vulnerabilidad.
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