miércoles, 16 de mayo de 2012
Rasputín está vivo
Antes de que la globalización nos vuelva a todos clónicos, paseémonos por la Historia y rescatemos de allí comportamientos humanos que no nos dejen indiferentes. Un personaje intrigante donde los hubiere fue Rasputín, monje que se ganó los favores de la zarina Alejandra, a la que de tal manera sedujo sexual y místicamente que no tardó mucho en ser él quien tomara las riendas de Rusia, posteriormente asesinado por la familia Romanov ante la caída en picado de la monarquía. Su preparación religiosa la adoptó de la secta de los flagelantes, de la que fue líder. Secta cuyo credo religioso era pecar para después pedir a Dios misericordia. Pero tales fueron sus orgías y excesos, que fue acusado de hereje por la Iglesia ortodoxa. Esto de pecar hasta arrepentirse me recuerda al síndrome de Munchausen, que quien lo sufre administra venenos y potingues a personas de su entorno con la intención de compadecerse de ellas y llorar la desgracia de la enfermedad. Pero a lo que voy: ¿Quién en la actualidad hace de Rasputín en España? Voy a arriesgarme: Todos los que han seducido al Gobierno para que permita el blanqueo de dinero, sin importar que su procedencia sea de la trata de blancas, de la venta de órganos o del guante blanco. ¿Y quiénes sufren el síndrome de Munchausen? Pienso que no están muy lejos de los que han suministrado el veneno de la Reforma Laboral y están propiciando un cambio de sistema en el que las clases media y baja queden en coma profundo. Después, que nadie se sorprenda cuando su felicidad consista en colocar pañitos calientes sobre las cabezas de los "caddie".
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