martes, 8 de mayo de 2012

Ofrenda a Unamuno

(Voy a retirarme a reflexionar. Soy consciente de que a veces no he acertado con mis estrambotes, pero como me gusta el buen gusto y sabré corregirme, volveré pronto en vuestra búsqueda con mis virtudes y defectos. No obstante, en este paréntesis, quiero dejar un blonólogo dulce:) En la Salamanca de papel que estos días recorre Unamuno literalmente subido en sus pajaritas, puede ser que esté buscando aquel poema que le dedicó un amigo suyo, profesor de francés, en el año de 1904. El profesor se llamaba don Antonio Machado y lo publicó el 21 de febrero de aquel año en la revista “Alma Española”. La dedicatoria decía: “A don Miguel de Unamuno, en prueba de mi admiración y de mi gratitud”. Lo tituló “Luz” y por aquellas fechas don Miguel de Salamanca era más conocido por su origen como profesor vasco. Recita don Antonio: ¿Será tu corazón un arpa al viento, que tañe al viento?... Sopla el odio y suena tu corazón; sopla el amor y vibra… ¡Lástima da tu corazón, poeta! ¿Serás acaso un histrión, un mimo de mojigangas huecas? ¿No borrarán el tizne de tu cara lágrimas verdaderas? ¿No estallará tu corazón de risa, pobre juglar de lágrimas ajenas? Mas no es verdad… Yo he visto una figura extraña, que vestida de luto, ¡y cuán grotesca! vino un día a mi casa. -De tizne y albayalde hay en mi rostro cuanto conviene a una doliente farsa; yo te daré la gloria del poeta, me dijo, a cambio de una sola lágrima. Y otro día volvió a pedirme risa que poner en sus hueras carcajadas… Hay almas que hacen un bufón sombrío de su histrión de alegres mojigangas. Pero en tu alma de verdad, poeta, sean puro cristal risas y lágrimas; sea tu corazón arca de amores, vaso florido, sombra perfumada.

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