domingo, 6 de mayo de 2012
Dar ideas
Puesto que se descansan las catorce fiestas del año, y son casi todas religiosas, deberían exigir a los trabajadores/as que las tomen con la obligación de cumplir con los deberes religiosos, como si Franco hubiera vuelto, y, si no, a trabajar, pues esto se está pasando de castaño oscuro, don Mariano. Pero creo que no va a ocurrir así, sino todo lo contrario. Estoy seguro de que un viernes de éstos en los que usted entra en trance, y harto ya de tanto barrenar, tendrá una ocurrencia en dirección opuesta y concederá la fiesta número 15 para aliviar el dolor de los incrédulos, que no quieren darse cuenta de que usted lo hace todo por nosotros. Así, ¡tal como si lo viera! Es más, usted la va a llamar Fiesta del Diablo. Y como no conozco a ningún ateo, agnóstico o antimadridista que haya pedido a su empresa trabajar las catorce fiestas del año por no creer en los santos, tampoco creo que los católicos vayan a renunciar al disfrute de dicho día; en tal caso se frivolizará, pero nada más. Don Mariano, el ser humano es muy contradictorio y cierto día yo le escuché decir a un rojete sin propósito de enmienda que él no creía en la Virgen, pero sí creía en la Virgen de su pueblo. Y éste era de los que pagaban suculentas sumas por llevarla en las procesiones. Existe gente para todo, pero sobre todo muchos descreídos que no le ven a usted virtudes como patrón. Por cierto, el 29 de marzo hubo trabajadores que no hicieron huelga por estar convalecientes y, sin embargo, algún patrón, no como usted, no podía creer que aquello fuera casual y se preguntaban si no habría hecho una pausa a su enfermedad para llevar la pancarta. ¡Ver para creer!
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