miércoles, 18 de abril de 2012
República, de entrada, no
Es impagable el favor que la Casa Real le está prestando al Sr. Rajoy. Sólo haría falta que entráramos en un referéndum de Monarquía o República para que el gobierno rajoniano trabajara a gusto. Dos semanas lleva el ciudadano haciendo chistes y, mientras, las empresas y el Gobierno siguen a lo suyo: más Reforma Laboral y copago sanitario. Sí, como lo oyen. ¿Quién dice que esto no sea una historia escrita por un buen guionista?, justo lo que necesitaba este país de las mayorías llamado España. "¡Qué baba, Sr Rajoy!. No se queje”. El Rey, al salir de la Clínica, dijo: “lo siento, esto no volverá a ocurrir”, o sea, repitió las mismas palabras que Froilán le había dicho una semana antes: “lo siento, no lo volveré a hacer”. Con esta promesa del nieto se marchó Don Juan Carlos a Botswana y es de imaginar que allí, en el almuerzo, con el sentido del humor que le caracteriza, la compartiría con todos: “…si es que pongo un circo y me crecen los enanos”. “Ja ja ja”, respondería el cortejo. Después vino lo del accidente doméstico y crítica generalizada y con razón. No hace falta que Su Majestad ponga un circo, sólo haría falta que el Sr. Marichalar se cayera del patinete y la risa duraría hasta el 1 de Mayo; después, para dar que hablar, que el Sr. Urdangarín tuviera la suerte del Sr. Roca y le tocara la lotería ochenta veces. Más adelante, ya inventarían alguna otra cosa, y así más y más... Presuntamente qué bien lo deben estar pasando Rajoy, Montoro, De Guindos, Gallardón, etc…. Aunque la felicidad no sea completa, pues lo de Argentina, Repsol YPF, no son hilillos de plastilina.
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