jueves, 5 de abril de 2012

Mingote, desde el Arte

Jueves y viernes, días libres… Insólito. Tan perdido estoy como un chino en día de descanso. Este aforismo no sé si es mío o de un señor que me lo envía desde el cielo de los humoristas. Acaba de llegar y ya hace la tira. Éste no puede ser otro que Mingote. A Don Antonio Mingote, la persona, lo descubrí en “El Estado de la Nación” de “Protagonistas”. Allí colaboraba junto a Summers, Tip, Chumy Chúmez, Coll y toda una larguísima lista de ingeniosos. Pero alguien destacaba por su elegancia, y éste no era otro que Mingote. Tomaba la palabra y se hacía el silencio, todos sospechaban que si el maestro cogía el capote era para no perdérselo, se trataba de una faena seria. Y no decepcionaba. Caso opuesto fue el Coll de aquella época, que recién salía del bingo se marchaba para la radio, y claro, se repetía e irritaba al Sr. Del Olmo. Don Antonio, sin embargo, era sobrio y se lo curraba. Para los radioyentes él era Don Antonio y los demás se debían ganar cada día ese tratamiento. Para mí parece que esto hubiera ocurrido ayer, y han pasado ya más de veinte años. Aunque lo mejor de su talento lo dejó para la Prensa escrita, sobre todo en la Hemeroteca del periódico monárquico. Recuerdo que cuando por edad aún no entendía sus chistes, pero leía “Blanco y Negro” y “ABC”, que andaban por allí por casa, me gustaba calcar sus dibujos. D.E.P. Don Antonio, de quien se estima que levantó sonrisas durante 25.000 días, cifra que no está nada mal en este valle de lágrimas.

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