sábado, 7 de abril de 2012
El jugador de golf
El fútbol es espectáculo y los jugadores del fútbol, por muy bien pagados que estén, son unos trabajadores que debieron de ir a la huelga el 29M. A ellos me refería en mi anterior artículo cuando fui “fustigado” por un golfista católico que se encontró retratado. Inmediatamente le pedí perdón, y no pude pedírselo a Dios porque estaba de Viernes Santo. Pero mañana, día de su Resurrección, le mandaré un mensaje muy escueto: “Dios mío, perdónale porque no sabe lo que dice”. Yo no pongo en duda que llegará un día en el que todos jugaremos al golf, pero mientras llega dicho día, algunos adelantados son muy susceptibles y sienten como una mancha que golf sea sinónimo de hijo de papá. Les prometo que mi comentario no iba por ellos. Pero me hizo recordar a un periodista amigo, ya fallecido, que bautizó el Campo de Golf de Zarapicos como “zarapicos” con jota. Fue de esas ocurrencias que no se pueden contener, salió corriendo antes de que se lo pisaran y lo recogió en la crónica del día siguiente. Por supuesto no podía ser otra cosa que una broma, pero algunos jugadores de golf, debe ser por la famosa tensión que acumulan las vísperas, tienen un genio muy áspero. Así, por ese carácter de algunos, aquel periodista acabó por arrepentirse. Hoy día todo ha cambiado: lo mismo juegan al golf, como un deporte más, la gente tranquila, que los pijos o los proletarios. Aunque estos últimos siempre se están quejando. Después de la “Rajoyma”, si con 800 euros al mes no tienen para jugar una partidita será porque no saben administrarse.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario