viernes, 9 de diciembre de 2011

Los recortes

Rotundamente la vida no es un carnaval, amigo, pero tampoco debe ser un tiempo de cuaresma. Hay que ponerle humor hasta en los momentos más adversos. Hace años me contaron una historia que muy bien puede definir la actualidad en que vivimos. Cuando el “Titanic” estaba condenado al hundimiento, un individuo se acercó al capitán, se quitó el sombrero y le dijo: “Tengo dos noticias para darle. Una buena y otra mala”. “Dígame las dos, por favor”, respondió el capitán. “Le diré antes la mala: Todos vamos a morir”. “Y si todos vamos a morir, preguntó el capitán, ¿cuál es la buena?”. “Mi capitán, que vamos a ganar siete Oscar”. Esto es surrealista, ya lo sé, pero los Oscar son el futuro y el Titanic es la realidad. Nosotros, los españoles, estamos amenazados por los recortes, unos recortes que van a conseguir que se despida con más facilidad, que existan jóvenes educados y maleducados y que cuando seamos viejos no nos quieran en la Sanidad pública ni en la privada; es decir, estamos como el Titanic, abocados al hundimiento, pero para los que queden, el futuro será de alfombra roja. Si no, sírvase sobre el mantel la Reforma Laboral, la de Educación y la de Sanidad y dejen que se vote en Referéndum, ¿a ver si los votos son proporcionales al resultado del 20N? Pero no creo que el nuevo rico en votos acepte esto. Los que podrán aguantar todos los recortes serán los que más tienen y éstos van a ser quienes hagan la reforma. Pero quienes realmente la van a padecer serán los que han votado al resto de partidos y al partido ganador sin saber el programa. Preferiría equivocarme, pero puede darse la paradoja de que se haya votado al pirómano para jefe de bomberos. Reformas, sí, pero no drásticas y deshumanizadas, como está ocurriendo con los desahucios. Por tanto, ningún banquero en el Gobierno y sobre todo transparencia.

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