martes, 29 de marzo de 2011

Ronaldo, Cristiano

Retirado el Ronaldo brasileño, o sea, “El Fenómeno”, al Ronaldo portugués, es decir, Cristiano, le queda la vía libre para poder llamarse de la manera que le plazca: Ronaldo, Cristiano o Cristiano Ronaldo. Y si mi opinión tuviera importancia, a este portugués, tocado por la varita mágica de los dioses, le pediría que eligiera para siempre el nombre de Cristiano Ronaldo, que es más poderoso. En el Madrid, he visto jugar a D’Stéfano, Amancio, Velázquez, Netzer, Butragueño, Hierro, Redondo, Laudrup, Ronaldo, Zidane, Figo y Raúl, entre muchísimos otros. Pero un superclase como él no sale todos los días. Es tan elegante en la pegada del balón, como un Cassius Clay en el boxeo. Así, Cristiano Ronaldo tiene mucho del espíritu batallador de D’Stéfano, del regate sorpresa de Amancio, de la finura de Velázquez o Netzer, del carisma de Butragueño, del abanico de respuestas de Redondo, de la fuerza de Ronaldo, del tiro de faltas de Hierro, de la capacidad de sorprender de Zidane, del rodillo arrastra-rivales de Figo, y, cómo no, de la astucia de Raúl. Si acaso, tiene un defecto: le falta la generosidad de Laudrup. Pero él es Cristiano Ronaldo, con sello propio. Y como gran futbolista, tiene un problema, y el problema de Cristiano Ronaldo es el mismo que le hace grande: es joven, famoso y el ideal masculino para muchas mujeres. Además de ser un cheque en blanco, ya que una foto junto a Cristiano puede servir para inventar una historia, acudir a programas de televisión y ganar mucho dinero. Con esta presión, debe demostrar no sólo su talento en el campo, sino su inteligencia para divertirse sin tener que acorazarse en una cárcel de marfil y perder la seguridad en sí mismo. Y para eso creo que tiene un entrenador a su medida, un compatriota listo como Mourinho, que algo le ayudará en estos temas. Aunque él ya arrastra un buen bagaje con su paso por el Manchester United, donde demostró ser un enamorado de su trabajo. Ahora más que nunca, cuando no le respetan las lesiones, hay que darle ánimos y desearle una pronta recuperación para que pueda deleitar con su juego a todos los aficionados al buen fútbol.

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