PENA DE TELEDIARIO

El calendario señalaba el 14 de octubre, la TV1 estaba encendida y la periodista Mariló Montero tomaba el relevo a María Casado, eran las diez de la mañana. Mientras, yo tomaba el desayuno y me dispuse, con sumo cuidado, a rociar las tostadas con un poquito de aceite, que ya se sabe lo que dice la cultura popular sobre el particular: derramar el oro líquido puede atraer sobre quien lo derrama un cúmulo de desgracias. Y así fue: lo derramé. Pero, como en los cuentos de maleficios, esto también tiene su antídoto. Así, si lo cuentas –“he derramado aceite” –, ya no te pasa nada. Y yo, disculpadme, os lo estoy contando a vosotros. Aunque os lo juro por la “tribu” entera de ‘Sálvame’, que a vosotros tampoco os pasará nada. “¿Y cuál fue la razón de la derrama?”, me preguntaréis. La razón fue un “Última hora” en pantalla que me dejó temblando. Pensad que yo vengo de la época del Caudillo, y cuando en TV1, que estaba desposada con La 2 y no existía separación matrimonial que contar, un cartel de “Última hora” acojonaba de verdad, aunque después se tratara de la captura de una trucha por parte del Jefe. Así era lo nuestro. Sin embargo, hoy, la única separación que acaso llamaría un poco la atención sería la del matrimonio Oriol y Mas. Por tanto, este “Última hora” del pasado día14 me estremeció y presté atención a las imágenes y sobre todo a la vehemente narración del periodista desplazado al lugar de la noticia: “En breves instantes veremos aparecer el vehículo, la gente está expectante, algun@s llevan en el lugar más de dos horas y las lágrimas de emoción son difíciles de retener, ya llega, los fotógrafos encienden sus cámaras, comienzan a escucharse los primeros aplausos y las incondicionales no dejan de gritar ¡guapa, guapa!, el mini rojo conducido por Agustín pasa sin detenerse por delante de nosotros , éste lo aparca en la misma puerta de la prisión, sale del vehículo hacia el lado por donde se encuentra Isabel, le abre la puerta y ésta esboza un suave gesto de gratitud a los fans, que  gritan más y más fuerte ¡guapa, guapa!...”. Se trataba de la "pena de telediario".Ya no pude escuchar más, apagué el aparato y me fui a mis asuntos: a leer o a escribir. Leyendo me informo que en EEUU, aunque no de manera oficial, gana terreno la paradoja de que un negro pobre es considerado negro y un negro con dinero es considerado blanco, que viene a  recordar lo que siempre se dijo sobre la pasta y la fama: “que el dinero negro blanquea, y cría fama y échate a dormir”. 

En www.salamancartvaldia.com tenéis mi artículo del martes 20/10/2015.

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Título: "¡Lo que ve el que vive!".