martes, 6 de octubre de 2015

EL LABERINTO DE DON RODRIGO

¡Qué aburrido! ¿Cuántos telediarios llevamos ya emitidos de don Rodrigo “en la horca”? Esto no puede seguir así, démosle una salida. Una salida que sea honrosa. Un negocio, por ejemplo. Que gane el hombre un poco de dinero hasta que se resuelva lo suyo, que por lo visto va para rrato. Vamos a proponerle, él que puede, que saque a la venta un juego de entretenimiento hasta que se resuelva ese puzzle paradisiaco en el que está atrapado. Don Rodrigo siempre se ha rodeado de buenos colaboradores, pero si éstos ya le han abandonado, nuestra modesta contribución sería ésa: sacar al mercado un juego entretenido que se podría llamar “El laberinto de Don Rodrigo”. El éxito está asegurado. Algo así como el juego de Willy  pero con preguntas como: ¿qué coches va sortear don Rodrigo a la salida de su domicilio? o ¿cuántos segundos tardará en acceder a su vehículo?, etc. ¿Por qué esto? Si alguien se echa la siesta en la hora del telediario y no se entera, explicamos que todo es debido a la admiración que sentimos por el ex “la ostia”, dicho sin acritud, al salir de casa: “Buenos días, cuidado a ver si se van a caer…” (¿o esto es de Bárcenas? Es igual). A continuación, con los ojos más achinados que nunca, zigzaguea, se acerca a su vehículo sin equivocarse, esboza una suave sonrisa, entra en él y hasta la vuelta. Para los periodistas y cámaras, estos segundos tan apreciados han supuesto dos horas de espera y mucho aburrimiento. El juego sería la solución. Ya saben que una vez que don Rodrigo ha salido de casa, todos van detrás hacia la oficina y allí a esperar la jornada. Ese sería otro momento ideal para jugar. Además, se nos ocurre otro negocio más que iría unido al anterior, aunque sea de importación. Se trataría de imitar a esos empresarios franceses que pagan el kilometraje a los trabajadores con la condición de que vayan al trabajo en bicicleta. Que piense don Rodrigo en las bicicletas que pudiera vender, homologadas con su firma, por supuesto, si le encasqueta una a cada uno de los reporteros nacionales o internacionales que le acompañan. Que aproveche la rentabilidad aunque tuviera que pagar 25 céntimos por kilómetro a todos, pues al fin y al cabo trabajan gracias a él y se consideran de su plantilla. Todos ganarían: Él  vendería bicicletas y los demás se llevarían una paguita. Además, la propuesta sería que don Rodrigo encabezara el pelotón y si, llegado el día, deben acompañarle al módulo número 4 –¡que el diablo no lo consiga!, pues lo único que la gente quiere es dinero y dinero, devolución y devolución–, decía que llegado el día todo el mundo estaría en una excelente forma física y mental para acompañarle.


En www.salamancartvaldia.com tenéis mi artículo del martes 6/10/2015.

Acompañadme:

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Título: "Las guerras".

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