Corren tiempos en los que para entrar en el mundo del
trabajo, si el trabajo es por cuenta ajena, es necesario que tengas una FP
cualquiera (Fábrica de Parados son las siglas de la maldad), y da igual la
especialidad, pero la necesitas. Después, ya sabes, ¿no has leído bien el
anuncio? “Se necesitan dos personas que
sepan albañilería, carpintería, fontanería, electricidad, pintura, parquet,
cerrajería, aire acondicionado y reparación de electrodomésticos…”. Y no se trata
de una de las categorías, se trata de saber de todo y, como es lógico, que esté
dispuest@ a realizarlo, y con ello habrá superado la primera prueba. Por tanto
de los/las 20.000 que se han presentado sólo han quedado cincuenta más la cuota
femenina, que son otras cincuenta. [La
cuota es un buen invento no necesariamente aplicable en todos los casos; aunque
estamos ante una empresa “queda bien” y seria]. Ahora vamos al segundo
filtro: Idiomas. “¿Qué idiomas sabe usted?”. (No utilizar las palabras
“conocimientos de…”). Respuestas: 1) Español, 2) español-polaco, 3) español-rumano,
4) español-catalán, 5) español-vasco, 6) español y otros... ¡Cachi!, aquí los
polacos y rumanos por culpa de algunos de sus compatriotas cotizan a la baja; el
español, dependerá del acento, ya que si es andaluz o extremeño y ha estado
cobrando el PER no es de fiar; si es español-vasco aún existe quien diga “que
se vaya a su país”, y si es español-catalán, sí nos vale, pero no creo que pase
el siguiente corte, o sea, el del dinero; inglés no sabe nadie. Ya sólo quedan
20 para 2 plazas, es decir, diez hombres y otras diez de la cuota femenina.
Siguiente filtro: Se informa que el sueldo será de 600 euros, que se pagará a
razón de 150 por semana para que nadie se queje de que no le llega hasta fin de
mes. Curiosamente todos han aceptado, así que para la siguiente prueba siguen
quedando los diez y la cuota. Ya sólo falta la entrevista personal y alguna
pregunta sin importancia sobre la vida privada. Sobre entrevista personal, ya tenemos el resultado, muy negativo por cierto:
¡Una falta de aspiración laboral supina, pues sobre el sueldo casi todos han
contestado “que es lo que hay”!, ¡como si
fuera malo! Después de esto sólo han quedado dos y la cuota. Y sobre la
vida privada es delicado preguntar, pero como en la empresa no se puede meter a
cualquiera, hacemos una pregunta a cada uno: “Vamos a ver, caballero, usted está
casado, ¿nos podría decir en qué consiste el trabajo de su esposa?”. “Señor, en
lo que sale. Ella lo mismo limpia escaleras que cuida niños. Y hace sola las
labores de la casa. Es una mujer todorreno. Yo
estoy disponible todas las horas del día si ustedes me necesitan”.
“Estupendo, estupendo…”. [Hablan los del
tribunal entre ellos y ahora quieren quitarse a la de gafas y quedarse con el “bombón,
tetas XXL”, pero no saben cómo hacerlo. “Dígale que se quite las gafas y nos
señale un lugar en el mapa”, aconseja uno]. “Vamos a ver, señorita, por
favor, quítese las gafas y señale en ese mapa dónde está Honolulu”. Sin
dudarlo, la chica se acerca y lo señala a ojos cerrados, como si fuera
originaria del país. “Gracias, gracias”. [Madre
mía, qué hacemos ahora]. “El siguiente es usted, la misma pregunta que a su
anterior compañero: “En qué consiste el trabajo de su mujer, ¿nos lo puede
explicar?”. “Sí, pero yo tengo marido y
es ingeniero”. [Jemm.. jemm…, el
jefe se coloca la pastilla debajo de la lengua]. Por último, se dirige al
bombón: “Usted, señorita, díganos lo que quiera, lo que usted desee, sin mayor
importancia…”. “Bien, caballeros, yo quiero ser sincera y les quiero informar
que estoy embarazada… pero…”. “¡Cómo…!” [el
jefe ingiere la pastilla]. Adivinen ustedes con quién o quiénes se quedaron
y qué es lo que más se penaliza en este hipócrita mundo.
En www.salamancartvaldia.com tenéis mi artículo del martes 29/9/2015.
Acompañadme:
Título: "Cautelunya".
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