martes, 29 de septiembre de 2015

CARICATO DE LA HIPOCRESÍA LABORAL

Corren tiempos en los que para entrar en el mundo del trabajo, si el trabajo es por cuenta ajena, es necesario que tengas una FP cualquiera (Fábrica de Parados son las siglas de la maldad), y da igual la especialidad, pero la necesitas.  Después, ya sabes, ¿no has leído bien el anuncio? “Se necesitan  dos personas que sepan albañilería, carpintería, fontanería, electricidad, pintura, parquet, cerrajería, aire acondicionado y reparación de electrodomésticos…”. Y no se trata de una de las categorías, se trata de saber de todo y, como es lógico, que esté dispuest@ a realizarlo, y con ello habrá superado la primera prueba. Por tanto de los/las 20.000 que se han presentado sólo han quedado cincuenta más la cuota femenina, que son otras cincuenta. [La cuota es un buen invento no necesariamente aplicable en todos los casos; aunque estamos ante una empresa “queda bien” y seria]. Ahora vamos al segundo filtro: Idiomas. “¿Qué idiomas sabe usted?”. (No utilizar las palabras “conocimientos de…”). Respuestas: 1) Español, 2) español-polaco, 3) español-rumano, 4) español-catalán, 5) español-vasco, 6) español y otros... ¡Cachi!, aquí los polacos y rumanos por culpa de algunos de sus compatriotas cotizan a la baja; el español, dependerá del acento, ya que si es andaluz o extremeño y ha estado cobrando el PER no es de fiar; si es español-vasco aún existe quien diga “que se vaya a su país”, y si es español-catalán, sí nos vale, pero no creo que pase el siguiente corte, o sea, el del dinero; inglés no sabe nadie. Ya sólo quedan 20 para 2 plazas, es decir, diez hombres y otras diez de la cuota femenina. Siguiente filtro: Se informa que el sueldo será de 600 euros, que se pagará a razón de 150 por semana para que nadie se queje de que no le llega hasta fin de mes. Curiosamente todos han aceptado, así que para la siguiente prueba siguen quedando los diez y la cuota. Ya sólo falta la entrevista personal y alguna pregunta sin importancia sobre la vida privada. Sobre entrevista personal, ya  tenemos el resultado, muy negativo por cierto: ¡Una falta de aspiración laboral supina, pues sobre el sueldo casi todos han contestado “que es lo que hay”!, ¡como si  fuera malo! Después de esto sólo han quedado dos y la cuota. Y sobre la vida privada es delicado preguntar, pero como en la empresa no se puede meter a cualquiera, hacemos una pregunta a cada uno: “Vamos a ver, caballero, usted está casado, ¿nos podría decir en qué consiste el trabajo de su esposa?”. “Señor, en lo que sale. Ella lo mismo limpia escaleras que cuida niños. Y hace sola las labores de la casa. Es una mujer todorreno. Yo  estoy disponible todas las horas del día si ustedes me necesitan”. “Estupendo, estupendo…”. [Hablan los del tribunal entre ellos y ahora quieren quitarse a la de gafas y quedarse con el “bombón, tetas XXL”, pero no saben cómo hacerlo. “Dígale que se quite las gafas y nos señale un lugar en el mapa”, aconseja uno]. “Vamos a ver, señorita, por favor, quítese las gafas y señale en ese mapa dónde está Honolulu”. Sin dudarlo, la chica se acerca y lo señala a ojos cerrados, como si fuera originaria del país. “Gracias, gracias”. [Madre mía, qué hacemos ahora]. “El siguiente es usted, la misma pregunta que a su anterior compañero: “En qué consiste el trabajo de su mujer, ¿nos lo puede explicar?”.  “Sí, pero yo tengo marido y es ingeniero”. [Jemm.. jemm…, el jefe se coloca la pastilla debajo de la lengua]. Por último, se dirige al bombón: “Usted, señorita, díganos lo que quiera, lo que usted desee, sin mayor importancia…”. “Bien, caballeros, yo quiero ser sincera y les quiero informar que estoy embarazada… pero…”. “¡Cómo…!” [el jefe ingiere la pastilla]. Adivinen ustedes con quién o quiénes se quedaron y qué es lo que más se penaliza en este hipócrita mundo.


En www.salamancartvaldia.com tenéis mi artículo del martes 29/9/2015.

Acompañadme:

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Título: "Cautelunya".

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