Esa televisión que nos acompaña en la cocina mientras se
fríen las alitas de pollo o le damos vueltas al arroz con bacalao, el otro día,
en virtud de la desintonización de la TDT, se quedó anclada en el tiempo y sólo
funcionaban los canales oficiales. Enseguida una gran ilusión invadió mi alma.
¿Para qué más? Fue como volver atrás en el tiempo.
Así, sin esperarlo, me
encontraba en “Cuéntame” siendo un Antonio Alcántara cualquiera. Por un
instante, pasó por mi cabeza el reencuentro con “Estudio 1”, donde volvería a
disfrutar de actores de culto como José Bódalo, Luis Prendes, María Isbert,
Aurora Redondo o José María Rodero, disfrutaría de tertulias como “La Clave”, sentiría
el deporte según José María García, o doblaría cucharas con el otro José María,
el Íñigo de “Directísimo”. ¡Qué gozada!
En éstas andaba yo, cuando por instinto, o por defecto, hice zapping
y pasé a La 2, y no cambió nada: allí estaba Jordi Hurtado tal como si fuera
hoy, ¡tan joven!, zapping de nuevo y vuelta a La 1. Por tanto, cada vez más convencido
de la realidad de lo aparente, pues en La 1 entrevistaban a un Ortega Cano que
parecía un novillero dispuesto a tomar la alternativa. Además, como no presté
mucha atención a sus respuestas, me parecía un santo varón ofreciéndose a
ejercer la caridad con cualquiera, hasta sustituir a Fernando Alonso si hiciera
falta. (Entrevista inoportuna con una familia).
A continuación, inmersas en la
Semana Santa, las cámaras retransmitieron las procesiones de mayor españolidad,
o sea, las del sur, con esforzados costaleros como Borja Thyssen elevando al
Cristo con auténtico fervor o las miradas de devoción de los albas, riveras,
isabelitas, etc. Y como esto, más que reforzar mi fe, “se la cargan”, reaccioné
de mi letargo.
No se trataba de una vuelta en el tiempo, sino de un apagón
de las TDT, y con ello tuve la oportunidad de ver cómo la televisión pagada por
todos, más casposa que la de antaño, emitía como momentos más emotivos los
rostros de esos y otros famosos con los
que Dios “hizo maravillas”. ¿Para qué sacar a un desahuciado? ¿Para qué acercar
el micrófono a quien la pena le delata?
La época de Jesús queda demasiado lejos y los pobres, por los que tenía
debilidad, son muy aburridos y no dan bien en el plasma.
Pero ahondemos, por si existen dudas, en aquellos días en los
que un joven rico se acercó a Jesús y le dio las quejas de que aun teniéndolo
todo sin embargo no era feliz. Jesús le contestó: “Anda, vende todo lo que
tienes, y dalo a los pobres… después ven y sígueme”. Era un precio demasiado
alto.
Ahora tampoco se trata de aguar la fiesta a nadie, pero en las Antípodas
de las enseñanzas de Jesús, quizá muchos de nuestros ricos y famosos tampoco
deberían negociar con ninguna revista esos reportajes cutres acerca de ellos y
la Semana Santa. Y si lo hacen, las puertas de Cáritas las tienen abiertas.
Hoy, como título: "Discos demasiados frágiles".
En www.salamancartvaldia.com tenéis mi artículo de hoy martes, 7/4/2015.
Acompañadme:
Hoy, como título: "Discos demasiados frágiles".
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