Con esto de Internet hacía tiempo que no pasaba por las
oficinas del INEM y ni siquiera había podido felicitar a los compañeros de la
cola. Aunque quizá haya sido mejor. Hay sitios donde las felicitaciones, aunque
sean de Año Nuevo, suenan a chusma.
Pero al final, como son gente tan normal como usted o como
yo, hablamos de esos días de parabienes y, quieras que no, alguien está
sentimental, como el caso de un exsindicalista recién expulsado de su empresa
por mor de la Reforma Laboral. Esto es lo que me cuenta: “Han sido días
familiares que me han traído muchos recuerdos. No puedo evitar aquellos tiempos
cuando mi empresa me hacía llorar diciendo que formábamos una gran familia. El
despido yo lo podía esperar de cualquiera pero de la familia no”.
El que está sentado a mi izquierda, uno de los antiguos,
viejo conocido al que no le tocó disfrutar de las “bondades” de la Reforma,
tercia tocándome en el hombro y en voz baja me pone al corriente:
–¿Tú no recuerdas a Jack Nickolson en “Alguien voló sobre el
nido del cuco”? Pues así llegan ahora… Sólo que vivos y tienen que seguir
comiendo.
–Anda, anda, no exageres…
–Que sí… Antes de la Reforma dar con un ejemplar así era más
difícil que encontrar un obrero en la dirección de Podemos, pero ahora… Habla,
habla con él…
Giro hacia la derecha y le consuelo:
–Ea, ea… Es muy duro, coño, pero a ver qué le vas a hacer.
–Es que en estos tres últimos años he cumplido como el
primero. Me he pagado de mi bolsillo los viajes, las comidas y hasta he
invitado a los clientes sin usar la tarjeta de la empresa… Hasta he ido a
trabajar con 41 de fiebre… Además, toda mi vida he sido del Barça y me hice del
Madrid, como mi jefe. No sé qué más podía hacer.
–Habrás denunciado…
–No. ¡Qué dices! Me han prometido que esto es un tiempo y
luego me volverán a coger.
Giro la cabeza hacia la izquierda, y le digo al compañero:
–Éste es un caso extremo.
–No, de eso nada, así vienen muchos…
–Me dejas frío. ¡Qué metamorfosis! No sé qué aconsejarle.
–Nada. Pregúntale qué hace durante el día…
Giro la cabeza a la derecha:
–Bueno, hombre, olvida de momento y distráete.
–Eso es lo que hago. Veo por la mañana “Hombres, Mujeres y
Viceversa” y por la tarde “Sálvame”. Y a la espera.
Giro la cabeza hacia la izquierda y no hace falta que le
diga nada porque el veterano lo ha escuchado todo y me dice con sorna:
–Mira, no le aconsejes que vea “El jefe infiltrado”, que
éste le manda flores en cada capítulo.
En www.salamancartvaldia.com tenéis mi artículo de hoy martes, 30/12/2014.
Acompañadme:
http://salamancartvaldia.es/not/59602/los-malos-ejemplos#sthash.9eH22zB3.dpuf
Hoy, como título: Agenda de poetas "cabreados".
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