viernes, 19 de abril de 2013

CUENTOS DE BUENA FAMILIA

Como todos los niños en mayor o menor medida hemos pasado por parecidas circunstancias, espero más “me gusta” que me disgusta en lo que voy a decir.  Así, cuando nos apagaban la luz al acostarnos, cualquier atisbo de miedo se solucionaba apretando las pestañas y diciéndole al miedo: “vete de aquí”. No obstante, que se abstenga de pensar en esto quien no tenga recuerdos de los tres primeros años de su vida. ¡A ver si vamos a realizar un sobreesfuerzo de meninges y esa no es nuestra intención! Sin embargo, seguro serán muchos más los que recuerden a León Felipe en la voz de Aguaviva aquellos deliciosos versos: “la cuna del hombre la mecen con cuentos… que el llanto del hombre lo callan con cuentos… y sé todos los cuentos…”. Hasta aquí hemos llegado y habrá quien nos pregunte “qué nos ha traído hasta aquí”. Le tranquilizaré que no es un sinsentido. He estado unos días de vacaciones de información y los he dedicado a pasear. Pero al igual que el niño que escondía la cabeza entre las sábanas, me ha dado pánico ver la realidad en toda su dimensión. En pleno día tienes que apretar las pestañas para no mirar a los ojos a tantos excluidos que con olor a Loewe reciente mendigan por la bella ciudad en la que vivo: Mi Salamanca y la tuya, querido Farina. Y convencido de no poder hacer otra cosa que retomar mi pluma, vuelvo al circo, donde no quiero perderme la función de Pujalte (“los que quieren la dación en pago es para comprar otro piso”), Cospedal (“los votantes del PP se lo quitan de comer antes de no pagar la hipoteca”), Cañete (“la gente debe hacer como yo, ducharse con agua fría”), Bláñez…  Toni Cantó…

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