VIENTO DEL SUR
Preguntóle el viento al viento: ¿A ti quién te empuja? “Me
empuja un viento mayor”. ¿Y a ese viento quién le empuja? “Otros vientos desde
las altas a las bajas presiones”. Pero habrá algo que se aparte para que ese
viento se abra paso… “No se apartará nada, todo queda a merced de la erosión.
Si acaso, el bandolero buscará guarecerse en su caballo, el señor en su
esclavo, el pillo se arrastrará por el suelo y abandonará la carga, y sólo ese
hombre que no teme a las arrugas y que ama a la naturaleza por brava y por
calmosa seguirá adelante por su carácter e inteligencia y se unirá a otros
hombres como él para sujetar una lona que reserve de su fuerza a niños,
desvalidos y a otros semejantes más frágiles, y si el viento se lleva la lona,
se quitarán sus camisetas para arroparlos, y si el dinero vuela a su paso, le
dirán adiós y valorarán más la dignidad, la vida y esos dos brazos para volver
a comenzar de nuevo”. ¿Y el que se arrastró? “Ese se sumirá en la repugnancia
de haber comido la mierda que cagaron los otros, hasta que llegue la vejez y se
acuerde de esta prueba que no supo superar y se dará asco”. Estas palabras son
de bienvenida al Papa Francisco, palabras que no tienen nada que ver con él más
que en lo de hombre, un hombre austero a quien nunca le hizo falta desayunar con
whisky. Suerte, amigo. Lo de Santidad, para la próxima.
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