El detergente

Yo dudo mucho de que ese detergente “Mariano”, que intenta convertir el dinero sucio en limpio, vaya a ser bueno para los españoles, pero sin embargo no dudo que sea buenísima medida para capos, ladrones, extorsionadores, proxenetas o políticos corruptos, que hasta ahora compraban un vulgar detergente entre los afortunados por la lotería, que aunque vulgar no era fácil acceder a su compra, además de ser caro y con el peligro de acumular muchos premios y oler a chamusquina; gentuza que se veía abocada a comerciar con métodos mafiosos y que a partir de ya, para cuadrar las cuentas del Estado, les damos un retiro de lujo y les metemos en el sistema por un inmoral 10 por ciento . Aquellos que estuvieron dedicados a la trata de blanca marcando a fuego el nombre de su “ganadería” humana, los que hacían presentes de droga para tener zombis a su servicio, hoy muertos, quienes pedían impuestos bajo amenaza, o metían las manos, a manos llenas, en las cajas del Estado. A estos “caballeros” los está legalizando el Gobierno. En estas manos van a dejar la Reforma Laboral. ¿Espera el Sr. Rajoy que sean empresarios serios, de esos que ganan el dinero euro a euro y negocian convenios en igualdad con los trabajadores? ¡Dios nos libre, Sr. Rajoy! Prohíbales, por favor, que se reciclen en empresarios. Puede ocurrir que intenten corromper al resto. Y, por último, no le llame a esto amnistía fiscal, ya que es simple y llanamente un “premio a los vividores sin escrúpulos”.