jueves, 2 de febrero de 2012

El gol del cojo

Por ser un gran seguidor del fútbol de aquellos ‘60 de Gárate y Amancio y curtido en mil culturas con la lectura del “As”, el cual lo compraba por el fútbol pero me ayudaba a pecar en su penúltima página con chicas que me doblaban la edad –entre las que recuerdo a Irán Eory, “qué guapa, che” –, y después de aquellas lecciones yo creía saberlo todo “der fúrbo”, no de esa cursilada del “deporte rey”, sino “der furbo”, como diría Camacho . Y mira por dónde anoche, en un programa de radio sintonizado al azar, hablaban de una picardía que yo desconocía, invento achacable al gran HH (Helenio Herrera). Se trataba del gol del cojo. Por supuesto, yo veía con mis ojos que cuando un jugador se lesionaba, a dicho jugador lo reubicaban allí cerca del córner y se paseaba con su cojera de un lado para otro dándole tertulia al defensa contrario, hasta que llegado un momento el defensa terminaba por aburrirse y le dejaba a su bola. Era una época en la que no existían sustituciones ni fueras de juego, y una vez dejado atrás al defensa, el cojo tomaba posición y tertulia con el portero. Llegaban balones, pero él con su cojera nada podía hacer. Pero ahora me entero de que don Helenio Herrera, un gallego sabio, entrenador en Italia durante muchos años, fue el inventor del gol del cojo. El cojo de don Helenio era distinto a otros cojos, este cojo metía goles. Realizaba toda la parafernalia del cojo que ya hemos comentado, pero en su caso no era cojo, era un futbolista camuflado de cojo que en el momento más insospechado estiraba la pierna que parecía un muelle y ¡¡¡¡¡gooooooool!!!!, ¡goooool del cojo!; después entraba la camilla para llevárselo, supuestamente porque no podía continuar. Todo el estadio aplaudiendo y yo observaba un rictus de dolor en la cara del futbolista que ahora, cincuenta años después, más me parece un ataque de risa que otra cosa.

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