miércoles, 18 de enero de 2012
¡Arriba las manos!
Le ha ‘tocao’ la china o le ha ‘tocao’ la negra. Esto es lo que se decía de cualquier persona que caía en desgracia. Ahí está el castellano antiguo para corroborarlo. Y yo digo: ¡qué más quisieran! Lo malo no es que te toque la china o la negra, lo malo es que te quedes sin blanca. Hoy la vida no te ata de pies y manos a una pareja, lo haces por propia voluntad; a la que sí te ata es a la nómina. Y cuando ésta falta, ya no es como antes. Porque ¿quién cría gallinas y conejos en la terraza, o siembra tomates y pepinos para un gazpacho? Te denunciarían los vecinos antes que si sembraras María, como dicen los iniciados. Actualmente nadie sabe qué ocurre, aunque sí sabemos lo que va a ocurrir: tarde o temprano nos veremos con los brazos en alto en manos de Rajoy. Los sindicatos van a preferir hacerle una huelga a don Mariano dentro de un tiempo que gastarse todo en gelocatil para que el patrono recapacite y piense que la idea debe ser el arte de colocar gente y no la facilidad de despedirla. Pero bueno, nadie conoce a ciencia cierta lo que va a suceder. Los curritos sólo saben que nadie es profeta en su empresa, si acaso lo es el jefe. Y en este caso ese jefe es don Mariano Rajoy, de quien dicen las malas lenguas que algunos le aconsejan y le piden: “Mariano, hazlo como si fuera un accidente".
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