¡SUPERMURIENTES...!

Los supermurientes no tienen ya fuerzas para superar ninguna prueba. Además, para qué superarlas, si no le van a dar ni un “moneda-no”. Seguirán muriendo en el cuerno de la miseria, y allí los cuernos no se pagan. Paradojas de la vida. Porque aquí los cuernos de un torero (“porque yo no consiento que me los ponga ni la luna creciente”) te pueden dar doce años de trabajo, y por los cuernos de un camarero conseguirás sobrevivir otros doce (“porque sí, porque qué pasa, es mi marido y yo le perdono porque me da la gana”). ¡Aplausos y paso por caja! Los supermurientes desearían otra caja, pero son tan pobres que morirán sobre la tierra seca. Y si consiguen que les tiren una foto, al menos su vida habrá servido para dar testimonio. Ese será el tiro de gracia.

(En cualquier banco habrá una cuenta para Somalia y un euro allí es mucho euro). Gracias por llegar al final de este comentario.