¿Usted sabe cuánto va a gastar en las Navidades? Pues yo
tampoco. Pero sin embargo existen estudios de mercado que dicen que usted, o
mejor dicho, su familia, se va a gastar alrededor de 540 euros en estas
fiestas.
Soy consciente de que alguno se me va a enfadar y que me
disculpe, piensen que me ha costado decirlo, pero les aviso que esa es la media
de gastos de la población en estos días. Y si es la media, maldito consuelo
para quien, leído en algún sitio, cobra de sueldo o de pensión 700 euros y con
este único ingreso viven él, su mujer, su hija, su yerno, todos parados, y
además una nieta.
Hoy día este modelo se está acercando bastante a una familia
media en el estrato más amplio de la sociedad, a la vez envidiada por los excluidos,
que se encuentran en el escalón más bajo, ciudadanos que reciben la ayuda de
supervivencia o del subsidio de desempleo cuando el paro se agota.
Y más abajo aún han caído los que están en el rellano, o
sea, sin nada, cuasi-indigentes o indigentes, que no mueven las estadísticas por no tener siquiera
domicilio conocido, con lo que no existen.
Entonces, dicho esto, ¡a qué viene esa manía de los
estadísticos de meter en el mismo saco a las familias Koplowitz, Cervera, Alba,
Botín o Zara con los menos afortunados de la sociedad! Por supuesto que con
ellos sube la media, ¡qué duda cabe!, pero esa cifra de 540 euros hace que
muchos se sientan unos desgraciados por no llegar ni a la quinta parte, ya que
en el mejor de los casos el turrón de esa mayoría se encuentra en los estantes
de los comedores sociales o de los puntos de reparto de alimentos, donde deben
ir a buscarlo a precio cero.
Y siguiendo con la media de las medidas, la gente está harta
del salario medio, de la renta per cápita, de las encuestas, de las
previsiones, de los porcientos del crecimiento, de quien se comió un chorizo,
de quien se lo comió a medias, de quien sólo tomó una raja, de quien está en lo
más alto de la escalera y dice que se ha tocado fondo, de quienes sólo gastarán
540 euros en la cantina de Soto para no mostrar opulencia y, sobre todo,
de la “feliz Navidad”. ¿Feliz para quién?
Este año es el primero en el que el Rey Felipe VI nos
felicitará. Es de imaginar que su discurso sea mediático. No obstante, mucha
suerte, Majestad.
Y es que la media de las cosas es tan engañosa como aquella pregunta de cuál era la otra mitad del Medio Oriente.
En www.salamancartvaldia.com tenéis mi artículo de hoy martes.
Acompañadme:
http://salamancartvaldia.es/not/59602/los-malos-ejemplos#sthash.9eH22zB3.dpuf
Hoy, como título: De Podemos a Pensemos.
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