martes, 7 de enero de 2014

PISANDO FUERTE

Apenas acaba de nacer el año 2014 y ya tiene historia. Una historia que, paradójicamente, se repite en no pocas ocasiones. Pensemos, si no, cuántas veces tienen que ocurrir calamidades para que nos demos cuenta que después de la tormenta viene la calma, o después de un accidente como el de Santiago de Compostela la Lotería estaba al caer. ¿A ver qué  Comunidad  como la de Galicia ha sido más desgraciada en el 2013 para optar al Premio del Niño? Poco más de 100 kilómetros separan a Santiago de Monforte de Lemos y tampoco se trataba de que El Niño diese en el centro de la diana, que la presunción es pecado y Él tampoco ha tratado de presumir. Con tirarlo por los alrededores bastaba. Pero lo que más llama la atención en la búsqueda de números fetiche son aquellos que buscaban el número con la fecha del “relaxing cup of café con leche” de Ana Botella. Es verdad que fue una desgracia, pero por favor, no para tanto.

Y esa historia que ya tiene el presente año, viene dando juego y no sólo se reduce a la Lotería, pues en apenas seis días ya tenemos la frase del año. Una frase que ha dado la vuelta al mundo y que calló en España, exactamente en Lucena (Córdoba), obra del Papa Francisco dirigida a las Hermanitas Descalzas, ya que en su afán de hablar con ellas y no conseguirlo tuvo que dejar este mensaje en el contestador: “¡Qué andarán haciendo las monjitas que no cogen el teléfono! Soy el Papa Francisco, llamaré luego”.

También ha habido un apartado de grandes propósitos. Por ejemplo, Rubalcaba ha comenzado el año diciendo: “O el Gobierno cambia su política y cambiamos al Gobierno”. ¿Y el Gobierno qué hace? A ver si me equivoco, pero yo pienso que hace trampas.

Un “poné”, si yo digo: la luz la vamos a subir al 11% y después lanzo el rumor que no, que será al 5%, para terminar dejándola en el 2,3%, me recuerda a aquel que le dieron la noticia de la muerte de su padre de esta manera: “Se te ha hundido la casa y han muerto tu padre, tu madre, tus dos hermanos y el perro”. “No, por Dios, quiero morirme”, contesta el desdichado. “Que no, hombre, que no, que solo ha muerto tu padre”. “Ah, bueno”, contesta sin pensarlo. Pues este “Ah, bueno” es el único consuelo que nos queda con el 2,3%, muy por encima de la bajada de salarios de los trabajadores, de la cuasi congelación de las pensiones y de la falta de ingresos de quienes finalizaron el paro.

Por último, ¡qué mala pata lo de Merkel!, víctima de los recortes. "Señora Canciller, no se puede ir por ahí haciendo cabriolas en la nieve con unos esquíes de hace veinte años. ¡Venga, a descansar, reponerse  y reflexionar!, pues es preocupante que usted haya regalado para  otros veinte años esos esquíes  con los que patina el señor Rajoy, y encima los cargue en la cuenta de los españoles".

Hoy martes lean mi artículo en http://www.salamancartv.com/contributorpost/cuento-muy-real/, creo que lo disfrutarán.

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