sábado, 14 de enero de 2012

Mantener el tipo

La sabiduría popular dice que en tiempos de aflicción no hacer mudanza, y siguiendo su consejo, he bajado el volumen a la voz de mi conciencia y voy a pensar en cosas más triviales e importantes para la tranquilidad. Hay que volver al fútbol (gente de mayor sensibilidad, no se me vayan, terminen de leer), que parece que no pero con el De la Morena, Jota Jota Santos y otros al menos llenas tu vida los fines de semana, que en esto no hay crisis. ¿O sí? Sí, sí, también, y si no que se lo pregunten a los de la Radio, que no les dejan entrar en los estadios si no pasan por caja, y si alguno entra con el móvil, le dejan por compasión. ¿Qué pasa? ¿Todo está deprimido? Qué tiempos aquellos de García con aquel “¡ojo al dato!” o de Pepe Domingo Castaño, con su coñac Tío Pepe, sus puritos Reig o las bodegas Fariñas. Un tándem o un sedante natural que no tenía precio. ¡Qué tiempos aquéllos! Durante la semana quedabas dormido como abrazado a una farola, que era la radio, hasta que tu mami te apagaba el aparato y te daba un beso de buenas noches y, pasado el tiempo, era tu esposa quien te la quitaba y te daba a elegir entre García o ella. ¡Qué dilema! “Jobar, estaba García a puntito de dar el nombre del correveidile que le lleva los cafés al presidente de la Federación y vas tú y me la cortas”. Pero aquello también tenía su encanto.

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